martes, 23 de febrero de 2010

Día de cruxificción - Eclipse de Luna a las 3 pm

El canto fúnebre celestial



La respuesta a esa pregunta fija la fecha de la crucifixión con precisión. Sin lugar a dudas, de hecho, y a causa de que la “luna en sangre” tiene un significado específico. En la literatura antigua, no sólo en la Biblia, significa un eclipse lunar. ¿Por qué “en sangre”? Porque cuando la luna está en eclipse lo hace en la sombra de la tierra. La luna no recibe luz directa del sol, sino que se alumbra únicamente con la tenue luz refractada por la atmósfera de la tierra. Durante un eclipse total de luna, ésta brilla en rojo, como usted debe saber si lo ha visto.

Esto tiene gran significado, porque de acuerdo a los cálculos de Kepler podemos determinar exactamente cuando ocurrieron eclipses históricos. Quizás no le sorprenda saber que sólo en una fiesta de Pascua se observó un eclipse lunar desde la ciudad de Jerusalén mientras Pilato era gobernador (30). Ocurrió el día 3 de Abril del año 33 D.C., el Día de la Cruz..

Ese día había sido precedido por una noche de horrores como había profetizado Isaías. En vez de una noche de sueño para Jesús, hubo horas de interrogaciones y burlas, saliva escupida en su cara, latigazos arrancando carne de su espalda y espinas clavadas en su cabeza. Isaías escribe que el Mesias sería azotado hasta que estuviera “desfigurado al grado de no tener aspecto humano” (31). Y así, Jesús fué brutalizado durante tres “juicios” en medio de la madrugada ante los sacerdotes Anás y Caifás (32), el Rey Herodes (33) y el prefecto romano Poncio Pilato (34). Finalmente, su destino lo decidió una multitud (35). Lo marcharon al monte Gólgota, el lugar de la calavera, y lo crucificaron. Moriría en un lapso de seis horas.

Los evangelios relatan la cronología. Los martillos clavaron los clavos en su cuerpo a las 9 de la mañana (36). Le levantaron. Al medio día y durante las próximas tres horas, el cielo se obscureció (29). En el templo de la ciudad de Jerusalén, únicamente a los sacerdotes se les permitía entrar en la presencia de Dios — una gruesa cortina excluía al hombre común. Durante la crucifixión, este velo se rasgó por la mitad de arriba abajo, mientras que un terremoto separaba rocas y abría tumbas (37). En la obscuridad y tumulto de estas señales, hasta los guardias romanos se arrepintieron de haber tomado parte en este asesinato (38). Nuestro Señor Jesucristo murió a las 3 p.m. (39). Lo quitaron de la cruz antes del anochecer para preservar la santidad de la inminente fiesta de la Pascua (40). Pero las señales y prodigios no cesaron. Cuando la luna salió esa noche, era de color rojo sangre. Solamente podemos imaginar el espanto de aquellos que estuvieron presentes durante todos estos eventos, y su aumentado temor con el acontecimiento de más señales.

Pero había más que no podian ver. Las ecuaciones de Kepler indican que la luna salió en eclipse, ya roja, cumpliendo con la visión de Joel. Necesariamente, esto significa que el eclipse comenzó antes del anochecer. Con la ayuda de programas de computación, podemos observar debajo del horizonte y ver la sombra de la Tierra iniciar el eclipse. Cuando hacemos esto, notamos que exactamente a las 3 p.m. mientras Jesús suspiraba su último aliento en la cruz, la luna se convertía en rojo sangre.

Durante el nacimiento de Cristo, los cielos se pueden observar como una poesía visual con la nueva luna simbólicamente naciendo a los pies de Virgo, la virgen. Para completar este poema celestial, la noche de la muerte de Jesús, la luna había regresado al pie de la virgen. Pero ahora estaba llena, una vida completamente vivida, bañada en sangre.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio