sábado, 18 de febrero de 2023

Bogota - febrero de 2023.

 

COLOMBIA, 2023.

Pasaron seis años desde mi último viaje a Colombia.   Me gusta hacer una síntesis de los lugares que voy visitando.   Como es mi costumbre, me enfoco en lo social y económico.  Esto es lo que observe:

ECONOMIA:

Desde la victoria de Petro, la moneda se ha devaluado en cien por ciento; ha sido una devaluación ligera, si comparamos con el fenómeno de Venezuela y Chávez, que devaluaron en 16.000 % en solo 10 años.

El salario mínimo en Colombia es de Un millón de Pesos; y al igual que el resto de América, con ese salario no se logra nada. Es el equivalente a USD 250 en la actualidad.  Para que puedan comparar, el transporte público en Bogotá, el Transmilenio, tiene un costo de COLPESOS  2.000 que equivale a 0.50 de Dólar.  El servicio de taxis para turistas y residentes es mucho más económico que Venezuela, aproximadamente la mitad.

Fuimos a un supermercado,  note que carnes,  pollo, huevos y verduras, café y granos, hoy día vale la mitad respecto a Venezuela.  Ellos, Colombia, llevan una cultura agropecuaria cercana a los 300 años de tradición, además son los numero dos en exportación de flores frescas a los mercados internacionales.  Es decir, los venezolanos de San Antonio del Táchira cruzan el puente y hacen compras de mercado en Cúcuta.   - ahorros del 50% en alimentos –  Lo que aun no entiendo es como productos Polar tiene precios a la mitad en Colombia, siendo que los salarios en ese país están muy por encima de los salarios en Venezuela.

Los precios de bienes raíces están un poco por encima de Venezuela, pero no es mucho.  Es decir, allá se manejan por – ESTRATOS -    El metro cuadrado de vivienda oscila entre los USD 2.000,  Bogotá está claramente planificada de la siguiente forma:

 

De la Calle Primera – el centro – hasta la calle 70 aproximadamente, es la parte antigua de Bogotá, donde viven las clases media y baja.  La pobreza es pasmosa, algo parecido a lo que puedes observar en los perímetros de Caracas.  Note que la Alcaldesa de Bogotá poco ha hecho por su ciudad.   Las trancas de tráfico son pasmosas también; para recorrer escasas 50 calles en taxi, se demora en día domingo, aproximadamente media hora en llegar a destino.

Al aterrizar el avión sobre Bogotá, te quedas pasmada de ver todas esas lucecitas rojas en carreteras y autopistas de sus habitantes regresando a casa luego del trabajo.  Da mucha penita ver ese estilo de vida tan duro.

 

De la calle 70 hacia el Norte la cosa cambia dramáticamente; es como ver la zona de Las Mercedes y San Román en Caracas;  centros comerciales muy lujosos, eso sí, impresiona la cantidad de policías en cada puerta de los mall, perros anti drogas y anti explosivos.

La mujer Bogotana es muy elegante, es como caminar en Madrid o Barcelona, España.  Las clases más acomodadas, como suele pasar en toda américa, son descendientes de europeos, y como tales, conservan el estilo en el vestir.  Allá las clases altas son los dueños de fincas, caballos pura sangre, fincas cafetaleras y la industria, que viene manejándose principalmente por familias europeas del norte que llegaron a Colombia a comienzos del siglo XX.  Hoy día, gracias al fenómeno Chávez en Venezuela, los sirios y libaneses han incrementado fuertemente sus inversiones en Colombia, los de medio oriente manejan principalmente franquicias de marcas de moda de los EE UU y la industria alimenticia.

Pude escuchar varias historias, tanto de chicas bogotanas como venezolanas.  Las historias de las venezolanas son cuentos de la cripta, Stephen King se queda corto.

Como entenderán, una venezolana que no pudo pagar la homologación de su Título en prestigiosas universidades de Venezuela, le ha tocado colocarse como vendedora, por ejemplo, con la poca buena suerte que los empleadores las eligen en puestos preferenciales, en locales prestigiosos de diseñadores de moda. Tengo una historia completa de una chica venezolana, 50 años de edad, pero me la reservo en este artículo. :D

Respecto a la alimentación,  es conveniente, por cuanto la variedad de la industria colombiana es excelente y los precios inmejorables; pero cuando vamos a revisar los precios de alquiler de inmueble y servicios como la electricidad o el agua, ahí se pone difícil.

Como ejemplo, un barrio estrato F paga cerca de 30 veces menos que un estrato tipo C, por ejemplo, hay barrios del norte, donde el recibo por servicio eléctrico puede alcanzar fácilmente los USD 200 mensuales.

Un taxista nos contó que los edificios pegados al Cerro Monserrate – que es como decir el Cerro el Ávila en Caracas – es decir, zonas como La Castellana, Altamira, Santa Eduviges en Caracas, por un apartamento de 100 m2 el costo de condominio puede llegar hasta USD 900 por mes.  De hecho, los habitantes de las zonas colindantes al Monserrate, tienen autos blindados y personal de seguridad privado para ellos y sus hijos.  Se siente en el aire que hay mucho elitismo entre las clases sociales.  Una venezolana nos contó que llego hace diez años a Bogotá, ella resistió el sectarismo del bogotano, pero su esposo no lo resistió y se regresó a Venezuela.  Las clases altas en Colombia son dificiles; en eso los venezolanos somos mucho más ligeros.

 

Respecto a la social y político, nos contaron que muchas marcas de diseñadores españoles, ejemplo, Adolfo Domínguez, con negocios en las principales ciudades de Colombia, en sus visitas a ese país están advirtiendo a su personal clave para que se perfeccionen en el Idioma Ingles, como prevención de, ni Dios lo permita, Petro empiece a  hacer cambios nefastos, sus empleados puedan ser promovidos a puestos de trabajo en los EE UU o cualquier puesto de Europa.

 

CONCLUYENDO:

Emigrar en américa latina es como el fenómeno Titanic,  cambias de camarote, pero igual el buque se está hundiendo.

Para pasar vicisitudes en Bogotá o Chile, preferible es quedarse en Venezuela, que al menos acá somos más misericordiosos con la gente en desgracia.

 

 

 

 

 

 

 

 

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