domingo, 22 de octubre de 2023

La Casa Doce.


Es una casa altamente espiritual ya que el astro Rey comienza a elevarse en estos momentos por encima del horizonte o ascendente. Indica avance, ascenso. Se manifiesta en ella la caridad y la compasión como virtudes primordiales de esta casa espiritual. El retiro hacia un lugar secreto en el cual logramos la conexión con lo divino, de ahí que representa la oración, la meditación. Representa a los grandes misioneros y esas elevadas personas que son capaces de renunciar a la fama al dinero y gloria terrenal por dedicarse a servirle a la humanidad, por iluminar al alma que ha caído en miseria, al humano que quedó atrapado por el vicio y pasiones.  Es altamente psíquica da una alta intuición y clarividencia objetiva a sus nativos.

Hay temas de la casa doce que no se mencionan, uno de ellos es la atemporalidad.  La casa doce es el feto en el útero, el momento donde el niño experimenta una simbiosis con la madre; todas sus necesidades están cubiertas a través del cordón umbilical.

Es la soledad, la prisión o el retiro voluntario del ermitaño, los monjes, enfermeros, médicos, carceleros son profesiones de la casa doce.

Está asociada a la manera en que vivimos el periodo de gestación, cuando estamos en el vientre materno. Ese lugar donde no somos capaces de reconocer una individualidad, sino que estamos en un estado de fusión total con el Todo. Si la casa 1 (ascendente) nos habla del paso del no ser al Ser, la casa doce nos informará de cómo ha sido el proceso previo. No sólo en el periodo de gestación, sino también dónde estábamos justo antes de nacer, en la supuesta matriz ilimitada y universal de la vida.

Por este motivo, se la relaciona también con el sector del Karma, no tanto como un ámbito de depuración o limpieza de las que sentirnos culpables, sino como un espacio de aprendizaje para seguir con nuestra evolución espiritual.

Si aceptamos la reencarnación como algo real, podríamos pensar que la Casa Doce puede representar un punto de contacto entre nuestra vida anterior y la actual. “El alma escoge un determinado momento para nacer porque el diseño astrológico se adecua a las experiencias que necesita tener en su estadio actual de crecimiento. En este sentido, toda la carta es una imagen de nuestro Karma, tanto de aquello que hemos acumulado como resultado de acciones pasadas como de lo que necesitamos despertar para seguir avanzando”.

Los signos o planetas que se encuentren ubicados ahí, nos resultarán, por tanto, energías inexploradas, de las que no tendremos mucha  conciencia y pueden transformarse en miedos irracionales que nos puedan limitar hasta que no hayamos aprendido a tratar con ellos o no hayamos entendido que son energías que deberían usarse para el bien común.

Por ejemplo, una persona que en su carta natal tenga a Marte en Casa 1, será muy luchadora que manejará con mucha agilidad la manera de auto defenderse. En cambio, si encontramos al planeta Marte en Casa 12, nos hablará de una persona que quizás sea muy luchadora, pero de los derechos ajenos.

Es también la casa de los enemigos ocultos, pero no en sentido de otras personas; los planetas emplazados en la doce, si se usan egoístamente, pueden resultar nuestros peores enemigos.

Siendo una casa de agua, junto a la cuarta y la octava, las emociones juegan un rol primordial en el individuo.  En el Jyotish, la Védica, se dice que las tres casas de agua son las Moksha, nos libera de la rueda de encarnaciones.

 

 


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