LA FUERZA DEL BUEN NOMBRE. Marketing, Branding, Naming.
El nombre es nuestra tarjeta de presentación. Mismo sucede con las empresas, los nombres, fonéticamente y sus letras tienen una fuerza, un poder, una impronta.
Encontrar un nombre atractivo, fácil de recordar y que condense la esencia de un producto o una empresa es una tarea ardua, de la que depende el éxito de una marca. El nombre es el primer contacto que tiene el público con un producto o una empresa, por ello, existen cada vez más profesionales especializados en naming y branding; porque la primera impresión es la que cuenta.
Una persona que quiera cambiar su suerte, su destino y
sus fuerzas, tiene que cambiar sus atributos internos por medio de la Luz que
influye en ella y la activa. Al hacerlo irá a una situación diferente, a un
espacio espiritual diferente, que le permita cambiar su nombre.
A raíz de la globalización del Internet, vemos la
genialidad de las marcas con nombres cortos y pegadizos, como Apple, Facebook,
Instagram, Microsoft, Spacex. Los
nombres cortos, incluidos los personales tienen impacto más agradable y
pegadizo, se recuerda fácilmente.
Según Kenny Córdova, las claves para elegir un buen
nombre con el que construir una marca son:
Elegir un nombre único, corto y descriptivo: que evoque la idea clave de
la marca y la ventaja diferencial del producto.
Simple y corto: fácil de recordar ya que el mercado está
saturado y es la única manera de que tu marca recale en la mente del público
objetivo. Un nombre de empresa no deberá exceder las diez letras.
Debe sonar bien: no basta con elegir la palabra adecuada
que mejor describe tu actividad, debe ser fácil de pronunciar y que al
consumidor no le resulte largo de escribir o recordar.
El nombre es el activo más valioso que puede tener a la
larga una marca y desde luego hay empresas que invierten en ello. La industria
farmacéutica puede llegar a gastar un millón de euros en todo el proceso
creativo para la invención de un nombre para su nuevo fármaco. Los nombres de
los medicamentos son todos cortos, pegadizos, globales, pero principalmente
deben sonar bien en todos los idiomas.
Las referencias a las que se suelen remitir los creativos
para dar a luz al nombre fantasía, son recurrir a sus raíces latinas y otras
etimologías, para que el nombre no recuerde a otro producto ya existente. Por
ejemplo, Prozac quiere decir el primero en reír, ya que pro- del prefijo griego
protos significa primero y zac se relaciona con Isaac-Itzjak, significa risa.
Viagra, el producto que Pfizer desarrolló para la disfunción eréctil, proviene
del juego de palabras entre vigor y flujo.
¿Han notado como las estrellas de Hollywood, al ingresar
en la actuación cambian sus apellidos o nombres? Tengo un libro de Kaballah, se titula: Cambia tu nombre y cambiaras tu destino.
Por regla general, un nombre largo para una empresa y
hasta para un individuo suele ocasionar problemas en el Registro Civil o
Mercantil. Poner un nombre complicado a
un hijo debería considerarse un delito; en la vida adulta ese niño llamado
Yonaiker o Yatzuribi, por ejemplo, será objeto
de burla y hasta puede suceder que llenando una planilla deba aclarar su género,
masculino o femenino, siendo un nombre cuyo genero sexual es incierto.
Ni hablar del nombre LESBIA.
Etiquetas: KABBALAH
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