Los siete habitos para el exito.
Stephen Covey.
Publicado en 1989.
Recuerdo el año 2000, se puso tan de moda aquel famoso
libro EL SECRETO; así alcanzo la fama
hasta lograr una película. Yo, particularmente
no lo vi tan bueno, porque más que basarse en sensatez, era una especie de
Harry Potter, sacudir la varita mágica y lograr las metas. Ya sabemos por lo recorrido que la vida no
funciona así. En cambio, el Libro de
Stephen Covey si, lo veo sensato, practico y fácil de implementar.
1#. Ser proactivo
2#. Empieza con una finalidad en mente
3#. Prioriza: Lo primero siempre va en primer lugar
Parte 2: El trabajo en equipo
4#. Piensa en win-win (o ganar-ganar)
5#. Busca entender y después ser entendido
6#. Genera sinergias
Parte 3: La mejora continúa
7#. Afila el hacha
Al inicio del libro, Covey nos cuenta que la forma en la
que vemos el mundo (lo que nos ocurre) se basa en nuestra percepción.
Según desde el ángulo o la perspectiva que miremos las
cosas podemos caer en el victimismo y la autocompasión, o podemos
responsabilizarnos de la situación. Yo,
en mi labor de Astrologa, solo leer o escuchar, de inmediato detecto que las
razas donde la religión católica predomina, la primera reacción ante un peligro
o sacudón de la vida, las personas suelen tomar el rol de VICTIMAS. Nada es más peligroso que la víctima.
Veamos resumidamente, porque el Libro de Covey tiene
cercano a las 300 páginas:
Parte 1: alcanzar la “victoria privada” o el autodominio
A continuación vamos a hablar de esos hábitos que llevan
a una persona a tener autodominio y pasar de ser dependiente de lo que le
ocurre, a ser totalmente independiente.
¿Cuáles son esos hábitos?
Ser proactivo.
Marcarse un objetivo.
Aprender a priorizar.
Vamos a verlos uno por uno.
Covey nos explica que en la vida podemos encontrarnos
ante dos tipos de personas:
Personas proactivas: aquellas que son capaces de dar
respuesta a problemas o temas, incluso antes de que aparezcan.
Personas reactivas: personas que adoptan posturas pasivas
y esperan a que sea el “mundo” que los guíe y/o dé la solución. Son personas
que, en vez de anticiparse, reaccionan ante la vida.
Las personas reactivas tienen la creencia de que ellos
son la víctima de lo que sucede y que, por lo tanto, el problema es ajeno a
ellos, es externo. Al final, esa postura hace que una persona reactiva se
sienta siempre fuera de control.
Por el contrario, las personas que son proactivas tienen
una gran capacidad de anticipación. Esto les lleva a asumir la responsabilidad,
elegir la actitud que tendrán ante cualquier situación y ser completamente
independientes.
¿Cómo podemos ser proactivos?
El autor nos cuenta que:
Para ser proactivos debemos enfocarnos en aquellas cosas
sobre las que sí podemos hacer algo. De lo contrario, nos anclamos en las
preocupaciones que no tienen solución y no avanzamos.
Lo que extraemos de este apartado es que nosotros podemos
crear nuestra propia realidad.
2#. Empieza con una finalidad en mente
Los seres humanos siempre vamos en busca de cumplir
nuestros sueños. Sin embargo, si no tenemos una meta en mente hacemos las cosas
por inercia, y así es muy difícil que lleguemos a ningún lugar.
Por eso es importante hacerse estas preguntas:
¿Qué es lo que quiero conseguir?
¿Qué pasos tengo que seguir para conseguirlo?
Al marcarnos una meta o un objetivo caminaremos por la
vida con un propósito. De este modo nos aseguramos que los pasos que estamos
dando nos acercan a la dirección correcta.
Es por ello que el autor nos propone que nos visualicemos
en un momento cercano a nuestra muerte y nos preguntemos: ¿qué me gustaría
haber conseguido o haber hecho?
3#. Prioriza: primero siempre va en primer lugar
Una vez tenemos una finalidad u objetivo en mente es
importante saber priorizar. ¿Cuál será tu siguiente paso?
Para ello el autor nos propone dividir todas nuestras
tareas en 4 bloques:
Actividades importantes urgentes: proyectos que rozan la
fecha límite, crisis, actividades no planificadas. En definitiva, son acciones
que debemos atender cuanto antes personalmente. Sin embargo, estas conducen al
estrés y al agotamiento. La persona tiene una sensación constante de estar
apagando fuegos.
Actividades importantes y no urgentes: planificación,
networking, ejercicio, estudio, crecimiento. Son acciones importantes que a
largo plazo nos acercan a nuestras metas. Son cosas que debemos hacer pero que
si no están planificadas no las hacemos; de aquí la importancia de ponerles
fecha.
Actividades no importantes y urgentes: interrupciones,
emails. Estas actividades podemos delegarlas. Las personas que dedican gran
parte de su tiempo a estas acciones se sienten fuera de control y, además,
sienten que sus relaciones se han convertido en algo superficial.
Actividades no importantes y no urgentes: emails
irrelevantes, trivialidades, televisión, etc. Son acciones que debemos eliminar
porque nos restan un tiempo valioso.
Es muy importante saber diferenciar entre lo urgente y lo
importante.
¿Por qué te digo esto? Porque a menudo atendemos tareas
que son urgentes, pero que no son importantes y esto hace que no consigamos
avanzar hacia nuestras metas.
Parte 2: El trabajo en equipo
Dicen que solos podemos ir lejos, pero que si vamos
acompañados llegamos mucho antes. Justamente de esto tratan los siguientes
hábitos que nos propone Covey, de trabajar en colaboración con otras personas.
De este modo pasamos de la independencia (que conseguimos
con los 3 primeros hábitos) a la interdependencia.
En este apartado vamos a hablar de los siguientes
hábitos:
Pensar en el ganar – ganar.
Buscar entender y después ser entendido.
Generar sinergias.
Hasta aquí llego con el resumen de este libro por el día
de hoy; mañana les daré el resumen de los cuatro puntos restantes.
Etiquetas: SELF HELP
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