MARTE - MALEFICO - CASA 8
Marte como regente natural de la octava casa
La octava casa se conoce tradicionalmente como la Casa de la
Muerte. Los astrólogos modernos suelen llamarla la Casa del Sexo, la Muerte y
lo Oculto. Independientemente de tu postura, la octava casa abarca un
territorio complejo. Incluso el lado sexy de la octava no es solo
"entretenimiento para adultos". Es el vínculo puro y primario de
personas que han desarrollado un profundo apego entre sí, con la inevitable
certeza de que algún día serán destrozadas.
Plutón es el planeta moderno que con mayor frecuencia se
asigna como regente natural de la octava casa. Tiene sentido que Plutón sea el
regente natural de esta casa porque es el planeta moderno de la muerte. Plutón
fue descubierto en la década de 1930 y se hizo conocido junto con el
estalinismo y la Wehrmacht.
Plutón es la inevitable y todopoderosa marcha de movimientos
masivos de muerte y destrucción. La resistencia individual es inútil,
inevitablemente aplastada por los gulags, los campos de exterminio o los
implacables tanques. ¿Qué puede hacer el individuo contra fuerzas que sacuden
el mundo como estas?
Por eso, a menudo hablamos de la rendición y la octava casa,
y hay algo de cierto en ello. Solo los insensatos lucharían contra la
inevitabilidad de los tránsitos de la octava casa. La muerte se acerca, y es
mejor rendirse que luchar contra ella, ¿no? Quizás, pero ese enfoque no
funciona si consideramos a Plutón y Marte como co-regentes naturales de la
octava casa.
Marte tampoco es un planeta fácil. En la astrología
tradicional, es uno de los dos maléficos. Como planeta de la guerra, su
territorio se superpone con el de Plutón, pero la guerra marciana es una
concepción más antigua de la guerra. Es la guerra en la que dos hombres con una
espada se enfrentan en el campo de batalla, no bombardeos masivos y drones
anónimos.
Marte es un planeta personal, por lo que sus batallas son
personales. Marte ve con horror al individuo que observa al dictador en la
televisión. Marte pregunta: "¿Vas a aguantar esto?". Marte se
enfrenta al horror masivo e impersonal de Plutón y exige valentía personal.
La rendición es la muerte de Marte. Si Marte rige la octava
casa, significa que no debemos rendirnos y morir ante los problemas de la
octava casa. Marte nos dice que luchemos por la vida, aun sabiendo que la
muerte es inevitable, sabiendo que esta podría ser la batalla que no vamos a
ganar.
Júpiter como regente natural de la Casa 12
Incluso si Marte finalmente trae malas noticias, existe una
sinergia natural entre Marte y los temas de la octava casa. La octava casa
representa la inevitabilidad de la muerte, y todo guerrero sabe que la muerte
es inevitable en el campo de batalla.
La relación entre la casa 12 y Júpiter no es tan obvia de
inmediato.
La casa 12 se conoce tradicionalmente como la Casa de los
Problemas. Los astrólogos modernos la llaman la Casa de la Autodestrucción. Por
mucho que los astrólogos modernos intenten ver el lado positivo, la casa 12
sigue siendo la más desafortunada, ¡y aun así, Júpiter es el planeta de la
suerte!
Si Júpiter es el regente natural de la casa 12, ¿significa
eso que la casa 12 trae suerte en secreto? A veces, creo que sí. Hay momentos
en que los sucesos desafortunados se ven diferentes en retrospectiva. Perdemos
algo que creíamos querer, solo para darnos cuenta de que nuestra pérdida ha
dado paso a algo mejor o a algo que no sabíamos que necesitábamos.
Al mismo tiempo, si Júpiter regentea la casa 12, señala una
faceta de Júpiter de la que no nos gusta hablar. Júpiter es el planeta del
exceso, y la casa 12 es el lugar al que acudimos para recuperarnos cuando nos
hemos exigido demasiado. Es la casa de los hospitales, las prisiones y los
monasterios. Son lugares a los que acudimos cuando nos hemos exigido demasiado
con las drogas o el alcohol, cuando hemos trabajado demasiado y necesitamos
descansar, o cuando nuestro egoísmo ha perjudicado a otros.
Neptuno nos acompaña en esos momentos en que nos hemos
inflado y colapsado. Neptuno es el planeta de la disipación, que nos ofrece
otro vaso de whisky cuando ya hemos bebido demasiado, pero también es el
planeta del amor y la compasión universales. Nos recuerda que no estamos solos.
Nuestros éxitos y nuestros fracasos no son realmente nuestros. Todo es
simplemente el resultado natural de la canción del universo que se interpreta a
sí misma.
Al igual que con Plutón, uno puede perderse en la inmensidad
de Neptuno. Una vez más, un planeta tradicional proyecta la situación desde una
perspectiva más personal, recordándonos el poder de la fe para sacarnos del
hoyo insoportable en el que nos hemos metido.
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Etiquetas: astrologia
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