martes, 22 de abril de 2025

MARTE - MALEFICO - CASA 8

 

Marte como regente natural de la octava casa

La octava casa se conoce tradicionalmente como la Casa de la Muerte. Los astrólogos modernos suelen llamarla la Casa del Sexo, la Muerte y lo Oculto. Independientemente de tu postura, la octava casa abarca un territorio complejo. Incluso el lado sexy de la octava no es solo "entretenimiento para adultos". Es el vínculo puro y primario de personas que han desarrollado un profundo apego entre sí, con la inevitable certeza de que algún día serán destrozadas.

 

Plutón es el planeta moderno que con mayor frecuencia se asigna como regente natural de la octava casa. Tiene sentido que Plutón sea el regente natural de esta casa porque es el planeta moderno de la muerte. Plutón fue descubierto en la década de 1930 y se hizo conocido junto con el estalinismo y la Wehrmacht.

 

Plutón es la inevitable y todopoderosa marcha de movimientos masivos de muerte y destrucción. La resistencia individual es inútil, inevitablemente aplastada por los gulags, los campos de exterminio o los implacables tanques. ¿Qué puede hacer el individuo contra fuerzas que sacuden el mundo como estas?

 

Por eso, a menudo hablamos de la rendición y la octava casa, y hay algo de cierto en ello. Solo los insensatos lucharían contra la inevitabilidad de los tránsitos de la octava casa. La muerte se acerca, y es mejor rendirse que luchar contra ella, ¿no? Quizás, pero ese enfoque no funciona si consideramos a Plutón y Marte como co-regentes naturales de la octava casa.

 

Marte tampoco es un planeta fácil. En la astrología tradicional, es uno de los dos maléficos. Como planeta de la guerra, su territorio se superpone con el de Plutón, pero la guerra marciana es una concepción más antigua de la guerra. Es la guerra en la que dos hombres con una espada se enfrentan en el campo de batalla, no bombardeos masivos y drones anónimos.

 

Marte es un planeta personal, por lo que sus batallas son personales. Marte ve con horror al individuo que observa al dictador en la televisión. Marte pregunta: "¿Vas a aguantar esto?". Marte se enfrenta al horror masivo e impersonal de Plutón y exige valentía personal.

 

La rendición es la muerte de Marte. Si Marte rige la octava casa, significa que no debemos rendirnos y morir ante los problemas de la octava casa. Marte nos dice que luchemos por la vida, aun sabiendo que la muerte es inevitable, sabiendo que esta podría ser la batalla que no vamos a ganar.

 

Júpiter como regente natural de la Casa 12

Incluso si Marte finalmente trae malas noticias, existe una sinergia natural entre Marte y los temas de la octava casa. La octava casa representa la inevitabilidad de la muerte, y todo guerrero sabe que la muerte es inevitable en el campo de batalla.

La relación entre la casa 12 y Júpiter no es tan obvia de inmediato.

La casa 12 se conoce tradicionalmente como la Casa de los Problemas. Los astrólogos modernos la llaman la Casa de la Autodestrucción. Por mucho que los astrólogos modernos intenten ver el lado positivo, la casa 12 sigue siendo la más desafortunada, ¡y aun así, Júpiter es el planeta de la suerte!

 

Si Júpiter es el regente natural de la casa 12, ¿significa eso que la casa 12 trae suerte en secreto? A veces, creo que sí. Hay momentos en que los sucesos desafortunados se ven diferentes en retrospectiva. Perdemos algo que creíamos querer, solo para darnos cuenta de que nuestra pérdida ha dado paso a algo mejor o a algo que no sabíamos que necesitábamos.

 

Al mismo tiempo, si Júpiter regentea la casa 12, señala una faceta de Júpiter de la que no nos gusta hablar. Júpiter es el planeta del exceso, y la casa 12 es el lugar al que acudimos para recuperarnos cuando nos hemos exigido demasiado. Es la casa de los hospitales, las prisiones y los monasterios. Son lugares a los que acudimos cuando nos hemos exigido demasiado con las drogas o el alcohol, cuando hemos trabajado demasiado y necesitamos descansar, o cuando nuestro egoísmo ha perjudicado a otros.

 

Neptuno nos acompaña en esos momentos en que nos hemos inflado y colapsado. Neptuno es el planeta de la disipación, que nos ofrece otro vaso de whisky cuando ya hemos bebido demasiado, pero también es el planeta del amor y la compasión universales. Nos recuerda que no estamos solos. Nuestros éxitos y nuestros fracasos no son realmente nuestros. Todo es simplemente el resultado natural de la canción del universo que se interpreta a sí misma.

 

Al igual que con Plutón, uno puede perderse en la inmensidad de Neptuno. Una vez más, un planeta tradicional proyecta la situación desde una perspectiva más personal, recordándonos el poder de la fe para sacarnos del hoyo insoportable en el que nos hemos metido.

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