viernes, 11 de octubre de 2013

EGON SCHIELE - PINTOR

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EGON SCHIELE

Egon Leo Adolf Schiele más conocido como Egon Schiele (Tulln an der Donau, Austria, 12 de junio de 1890 – Viena, Austria, 31 de octubre de 1918), fue un pintor y grabador austriaco contemporáneo y discípulo de Gustav Klimt.

Fue uno de los grandes artistas figurativos de principios del siglo XX y junto con Oskar Kokoschka conformaron lo que se conoce por expresionismo austriaco. Su vida estuvo rodeada por un aura de misticismo: de talento muy precoz, murió a la temprana edad de 28 años. A pesar de su corta vida, su obra es muy numerosa: unas trescientos cuarenta pinturas y dos mil ochocientas entre acuarelas y dibujos. Entre su obra creativa figura poemas y experimentos fotográficos. Su particular estilo le situó entre los movimientos expresionistas, especialmente de la Secesión de Viena, con una tipología muy personal.

    Una de las características más fuertes en la pintura de Schiele es la destreza y la firmeza de su trazo, el cual seguía una vez comenzado sin treguas, hasta el final sin ninguna corrección posterior. Parece que el artista continuaba con su dibujo sin importarle que el modelo se moviera o cambiara de lugar, puesto que la línea seguía su rumbo cargando con toda su dimensión emocional.1

Las principales obras de Egon Schiele se conservan en Viena, distribuidas entre la Österreichische Galerie Belvedere y el Leopold Museum inaugurado en el año 2001 que es el que conserva el mayor número de obras. Así como la mayoría de su gran colección de dibujos se encuentran en la Albertina, también en Viena.
Su padre Adolf Eugen Schiele, era jefe de estación y procedía del norte de Alemania; su madre Marie —Soukoup de soltera—, originaria de Krumau (actualmente Český Krumlov), en Bohemia, tenía tres hermanas Elvira, Melanie y Gertrud. En 1905 su padre murió y el joven Schiele fue enviado a casa de un tío Leopold Czihaczek, el cual después de haber intentado inútilmente, que se dedicara a los ferrocarriles, aceptó su talento artístico, seguramente por las peticiones de apoyo solicitadas por la madre de Schiele, para conseguir que el tutor se hiciera cargo de la manutención durante sus estudios en Viena. Ya en esta época, empezó a pintar, en especial autorretratos.2

En sus primero trabajos infantiles, la influencia de su familia ferroviaria, se hace patente en sus dibujos de trenes y más tarde, en algunos de sus paisajes donde las formas parecen surgir de una sucesión de imágenes observadas a través de las ventanillas de un tren. Se sabe que durante su estancia en Viena muchas veces tomaba el tren hasta Bregenz y hacía el camino de vuelta con el siguiente, sin haberse detenido a visitar la ciudad.3 Estando invitado en casa del crítico de arte Arthur Roessler, tuvo éste un día la ocasión de ver una escena que describió:

    Schiele estaba sentado en medio de la estancia sobre el suelo desnudo haciendo que a su alrededor circulara un pequeño y gracioso tren de juguete accionado por un resorte... Por muy asombrosa que fuera la escena del joven seriamente ocupado con el juguete, mucho más desconcertante todavía era el fantástico virtuosismo con el que aquel jugador reproducía los múltiples tonos del silbido del vapor, los pitidos de las señales, el traqueteo de las ruedas, los golpes de los raíles, el rechinar de los ejes y el agudo grito del acero al frenar... Resultaba asombroso todo lo que Schiele estaba ejecutando, Con aquello hubiera podido actuar en cualquier escenario de variedades.4En 1906 ingresó en la Academia de Bellas Artes de Viena, donde estudió dibujo y diseño. En 1909 frustrado por el ambiente conservador y cerrado, donde la disciplina impartida le obligaba a seguir unos caminos académicos con el estudio de modelos al natural, composiciones y ropajes «a lo antiguo», abandonó la Academia y fundó la Neukunstgruppe (Grupo del nuevo arte) junto con algunos compañeros.5

Conoció en 1907 al pintor Gustav Klimt, al que siempre admiró y fue un maestro muy influyente para Schiele. De él adoptó sus principios creativos, en cuanto a acentuar el dibujo de sus pinturas con unas líneas gruesas, especialmente en la representación del cuerpo desnudo.6 Fue a través de Klimt como Schiele se incorporó a la nueva corriente de una comunidad artística llamada Secesión vienesa con edificio propio para exposiciones realizado por Joseph Maria Olbrich y cuyo lema era «A cada época su arte y al arte su libertad». Klimt fue el pintor más destacado del grupo y el primer presidente de la Secesión.7

También Klimt le tuvo mucha estima, presentándole algunos ricos mecenas, que le aseguraron una cierta estabilidad financiera como debutante en la escena artística vienesa. Durante un encuentro entre ambos Schiele le propuso a Klimt un intercambio de dibujos, a lo que accedió e incluso le compró unos cuantos más.8 En 1908, Schiele celebró su primera exposición individual, en la Wiener Werkstätte fundada en 1903 por el arquitecto Josef Hoffman y Koloman Moser. En ella presentó obras cuyo fundamento teórico radicaba en la idea de «obra de arte total», el arte no se limitaba a las áreas tradicionales sino que también a lo formal y espiritual que afectaba a la vida diaria. Abandonó el rígido estilo de la Academia, y giró hacia el expresionismo: junto a los retratos de amigos y autorretratos, representó el desnudo a través de una agresiva distorsión figurativa. Si Klimt presentaba la figura y el ornamento como una relación de contraste donde mostraba una especie de juego entre el encubrimiento y revelación y donde el cuerpo se convertía en un signo ornamental, en Schiele, este juego se convirtió en algo más serio, la línea es la que mostró el significado, no tapaba ni escondía, sino que liberaba, era esta propia línea la que contaba con valores ornamentales.


En este mismo año de 1909 Schiele expuso en la II Exposición Internacional ubicada en 54 salas de la Kunstschau, que constituyó la más grande cita artística que se había visto hasta entonces en Austria. Se expusieron obras tan variadas que abarcaban desde la pintura y escultura, al objeto de uso cotidiano, adorno floral, escenografía y vestuario. En el discurso inaugural realizado por Klimt afirmó: «Ningún sector de la vida es tan exiguo e insignificante que no ofrezca espacio a las aspiraciones artísticas».10 Se consiguió reunir a artistas de la vanguardia europea como eran Ernst Barlach, Paul Gauguin, Max Klinger, Pierre Bonnard, Max Lieberman, Henri Matisse, Edvard Munch, Vincent Van Gogh. También se encontraban el escultor belga Georges Minne que junto al pintor Ferdinand Hodler fueron los que más influyeron en el arte expresionista de Schiele, el cual expuso cuatro retratos en una sala donde también tenía obras Oskar Kokoschka. De lo que se exponía en esta sala salió una crítica en la revista Neue Freie Presse en la que se decía: «Hay que entrar con cuidado en una sala secundaria con supuestas pinturas decorativas de Kokoschka. Las personas con gusto se exponen aquí a sufrir un ataque de nervios.»


Después de una exposición organizada en la galería Pisko de Viena, con sus compañeros de la Neukunstgruppe, en la que no se obtuvo el éxito esperado a pesar de haber contado con la visita del archiduque Francisco Fernando de Austria, abandonó esta fundación para dedicarse «hacia sí mismo». En una carta dirigida al consejero de la corte Josef Czermak de 1910, en la que le comunicaba una próxima exposición individual en la galería Miethke, concluía dicha misiva con la frase: «Hasta marzo he pasado a través de Klimt. Hoy creo que soy otro completamente distinto...»

Hacia 1910 conoció al escenógrafo Erwin Osen con el que alquiló por primera vez un estudio en Krumau —el pueblo de su madre—. Allí realizó autorretratos desnudo y retratos a su amigo Osen en la misma temática. Esta intención de huir de Viena se la anunció a su cuñado Anton Peschka en una carta:

    Quiero salir muy pronto de Viena. Qué espantosa es la vida aquí. Toda la gente me envidia y conspira contra mí; antiguos colegas me miran mal. En Viena reinan las sombras, la ciudad es negra y todo son prescripciones... tengo que ver algo nuevo y quiero investigarlo, quiero paladear aguas oscuras y árboles que se quiebran, ver vientos salvajes; quiero mirar asombrado verjas mohosas, como viven todos ellos, escuchar bosques jóvenes de abedules y las hojas tiritando, quiero ver luz y sol y disfrutar al atardecer de los húmedos valles de color azul verdoso. Sentir como brillan los peces dorados, ver como se forman las nubes blancas, quiero hablar con las flores. Ver con cariño los prados y las gentes sonrosadas, conocer iglesias antiguas y dignas y pequeñas catedrales, quiero correr sin parar por redondeadas colinas y amplias llanuras, quiero besar la tierra y oler las suaves y cálidas flores del musgo; después crearé con tanta hermosura: campos de colores...

En 1911 conoció en Viena a Valerie (Wally) Neuzil de 17 años con la que entabló una relación sentimental y fue su modelo en algunas de sus mejores obras. Schiele y Wally decidieron marcharse para tratar de conseguir la inspiración en el campo y se trasladaron a Krumau. Su forma de vida chocó a los habitantes de la pequeña población, la convivencia libre con su modelo y que dibujaba a muchachas demasiado jóvenes, por lo que pronto abandonaron Krumau y se dirigieron a Neulengbach situada al oeste de Viena, el máximo escándalo se produjo en 1912 cuando fue acusado por corrupción de menores, por la edad de su joven amante. Además de por su costumbre de tener como modelos a los niños que se acercaban a su casa y que a menudo los retrataba desnudos o en posiciones que parecían obscenas. Esto hizo que se considerara su obra más o menos como pornográfica. La conclusión de este hecho fue el arresto preventivo de tres semanas en la cárcel y la condena posterior de tres días de prisión junto con la quema de uno de sus dibujos, que tenía en su estudio, de una muchacha vestida de medio cuerpo para arriba.

Esta historia fue publicada cuatro años después de su defunción por Arthur Roessler (1922) como una narración auténtica del pintor. Se ha demostrado que parte del relato fue una invención propia de Roessler, aunque entre el texto incorporó trece hojas escritas por Schiele en la cárcel, junto con otras tantas acuarelas y dibujos, en el que se describía como una víctima con el pelo rapado y la tortura reflejada en su cara, en muchos de estos dibujos aparecen escritos que muestran su «verdad»: El arte no puede ser moderno, el arte es eterno; Aquella naranja era la única luz; Me siento purificado y no castigado; Reprimir a un artista es un delito, significa asesinar vida en gestación; Persistiré con gusto por el arte y por mis seres queridos o La puerta hacia el exterior entre otros.



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