domingo, 4 de octubre de 2020

MARTE cuadratura a Saturno - sinastria o carta natal.

 

Cuando Marte cuadra a Saturno en el tema natal.

   Trabajan hasta extenuarse y sufren una fuerte tensión nerviosa. Pueden ser personas poco sociables, que chocan con el entorno que les rodea. Están dotados de un gran talento, pero tienen peligro de fracasar debido a su forma de ser y a que canalizan mal su energía. Estos aspectos son muy malos para toda clase de uniones y en especial para el matrimonio.

 

En carta sinastria, que el Marte de él, por ejemplo, haga cuadratura al Saturno de ella, o viceversa, será una unión que traerá como consecuencia la ruina de ambos.

En algunos casos estas personas pueden tener un carácter sádico. Son sujetos violentos que atacan y son atacados, y que sufrirán graves crisis en la trayectoria de su vida. Si bien, en el caso de que la persona tenga un planeta o planetas benéficos dominantes o un armónico benéfico dominando, actuará como un suavizante que amortiguará estos efectos negativos u ofrecerá recursos para enfrentarlos, aunque no los eliminará.

 

  Cuando estos dos planetas tan violentos se enfrentan entre sí hay que esperar los peores resultados, ya que se trata de una combinación explosiva y destructiva. Estos nativos están dotados de una enorme energía, pero la canalizan mal, ya sea contra ellos mismos o contra los demás. Suelen ser personas sumamente obstinadas y al mismo tiempo excéntricas, de carácter colérico, excitable, radical y explosivo, a lo que se une una gran impaciencia. Su trato con los demás tiende a ser brusco o grosero, nada diplomático ni sutil. Son temerarios e imprudentes, peligrosos para sí mismos y para los demás y no soportan ninguna clase de restricción. Su modo de ser puede llevarlos a protagonizar graves conflictos. Buscarán salirse con la suya como sea.

 

  Estos aspectos son muy malos para la salud e integridad física de los nativos, y pueden hacerlos propensos a fatales accidentes, a peligrosas operaciones o a sufrir agresiones. En temas natales muy afligidos, hay riesgo de vida corta, posibilidad de asesinar o ser asesinado, o bien de muerte por accidente, fuego o electricidad, armas de fuego, operaciones quirúrgicas.

 

    Un ejemplo lo podemos ver en Simón Bolívar. Aunque como tenía al Sol y a Júpiter Dominando en su Carta Natal tuvo recursos para afrontar dichos efectos.   Simón Bolívar, además nació el 27 de julio y su Sol hace conjunción a un grupo de Estrellas, El Aselli, los asnos, cuya mitología indica el carácter intransigente de este hombre.  La carta de Simón Bolívar lo extenderé más adelante, en otro artículo.

En Astrología Tradicional, Saturno y Marte son los denominados planetas maléficos, es decir, que cumplen una función esencial destructora o dañina. Hay que entender la adscripción de «maléfico» desde el punto de vista antiguo, tradicional, que entiende el mundo como un equilibrio entre las fuerzas del Bien y del Mal, entre la Luz y la Oscuridad, el Orden y el Caos; es precisamente ese equilibrio el que permite que el mundo se manifieste y que los seres se encarnen. Buscando referencias de este equilibrio en una idea actualmente vigente tenemos, por ejemplo, las funciones anabólicas (ana = construcción) y catabólica (cata = destrucción) que, contrarias y complementarias, son los dos procesos que constituyen el metabolismo: un equilibrio indispensable para la vida.

 

Tanto Saturno como Marte son planetas exteriores, es decir, que se sitúan más allá de la Tierra en el sistema solar. Saturno, más alejado todavía que Marte, tiene una órbita más amplia, su traslación es más larga y por lo tanto sus tránsitos también son más lentos que los de Marte, lo que hace que se sientan durante más tiempo o con consecuencias más constantes en el tiempo.

el esquema de signos y regencias nos da otra clave que tiene que ver con la dignidad esencial de los planetas: Saturno es el regente de los dos signos opuestos al domicilio de los luminares, el Sol y la Luna, «reyes» de la carta y vinculados estrechamente a la vitalidad y la salud. Dicho de otra manera, Capricornio y Acuario, signos domicilio de Saturno, son los exilios de la Luna y del Sol, respectivamente, donde las luminarias son más débiles y menos efectivas. A su vez, los domicilios del Sol (Leo) y de la Luna (Cáncer), son los signos de exilio de Saturno, donde el maléfico mayor es menos constructivo o más dañino. Los domicilios de Marte (Aries y Escorpio) cuadran los de la Luna (Cáncer) y el Sol (Leo) respectivamente. La enemistad entre las luminarias y Saturno parece reproducir la primordial contraposición entre la luz y las tinieblas.

Ambos maléficos amenazan la vida, pero la amenaza de Marte sería más accidental, rápida o pasajera (cualidad de calor: inmediatez, rapidez), mientras que el frío de Saturno y su lentitud inherente cronifica los efectos, alarga la amenaza en el tiempo: la muerte tardaría más en llegar, pero a cambio de una anticipación larga y penosa. En fin, casi todo es cuestión de «gustos» y habría opiniones dispares sobre la forma de despedirse de este mundo si es que fuera algo que se pudiera elegir, pero sí parece que la enemistad máxima con los luminares -frecuentemente Hylegs de la carta- o con la vida se da con Saturno, asociado -en sentido esencial- al proceso de merma constante de la vitalidad que se produce durante toda la vida y que lleva a la muerte: el envejecimiento. Siempre podemos hallar aspectos positivos hasta en ámbitos tan lúgubres: véase la considerable fortuna de la heredera de L’Oréal (Saturno está exaltado en Libra, signo estético).

 

La determinación de la secta de la carta, es decir, si es diurna o nocturna, afecta también a la dignidad accidental de Marte y Saturno. Marte, adscrito a la secta nocturna porque el frío y la humedad de la noche atempera su calor y sequedad -sobre todo esta última por ser su cualidad extrema-, funcionaría peor en una carta diurna porque durante el día el calor y sequedad (cualidades del Sol) alimentarían más todavía las cualidades esenciales marcianas. Por su parte, Saturno, que ha sido adscrito a la secta diurna porque el calor del día modera su frío extremo, supone mayor perjuicio en carta nocturna por el aumento del frío: lentitud, cristalización, codicia, egoísmo. Vemos una vez más una descompensación: Marte puede tener ambas cualidades moderadas por la noche, mientras que Saturno, por el día, sólo tendrá una.

 

Vayamos a los efectos materiales en lo social. Si nos fijamos en el mal comportamiento en general, es cierto que las cárceles están repletas de «martes» que han agredido, pinchado, cortado o robado; diríamos, pues, que Marte representa al malhechor más frecuente o más castigado. Serían los asesinos seriales, por poner un ejemplo.

 

Mientras que los delitos por codicia y dinero podrían estar atribuidos a la necesidad de dinero de Saturno, la necesidad de sentirse en la cima de la montaña, rico y famoso.  La envidia de Saturno origina la codicia, el deseo de tener lo que otros tienen y el destino le arrebato.

 

 

 

 

 

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