SOL, LUNA, SATURNO. Anima, Animus.
EL ANIMA Y EL ANIMUS
(Carl Jung)
El Anima
viene de la imagen inconsciente masculina que se encuentra en las mujeres y el
Animus de la imagen inconsciente femenina que se encuentra en los hombres;
ambas son imágenes arquetípicas, vienen
del inconsciente colectivo, pero pasan por el filtro de las experiencias
personales de cada ser.
Este filtro
personal, en ambos arquetipos, parece provenir de las figuras parentales, ya
que lo masculino y femenino se modelan en la primera etapa de la vida, en base
a las figuras del padre y de la madre.
En el caso
de padres ausentes, el niño buscará un sustituto parental, un hombre o mujer
mayor para llenar su vacío emocional. La relación parental de cada ser
constituye la principal huella del Anima o Animus, aunque no la única, ya que
la contra sexualidad se desarrollará más tarde, a través de las relaciones
maduras con el sexo opuesto.
En la Luna
se refleja el yo emocional y todo lo que está relacionado con los sentimientos.
El sol es capaz de darse confirmación a si mismo, en cambio la luna necesita
recibir conformación de los demás. Esto hace a la luna dependiente de la
situación de contacto en que se encuentra.
La Luna
tiene una gran capacidad de reflejar la luz que recibe.
El nivel
emocional es un mundo de opuestos. En él, los sentimientos de alegría y
sufrimiento, o simpatía y antipatía cambian como el flujo y el reflujo de la
marea. Así es nuestro yo emocional
(posición por signo y casa), inestable, cambiante, voluble y dependiente del
entorno.
Cuando
alguien se aproxima, percibimos
atracción o rechazo, simpatía o antipatía. Algo que emana del otro nos atrae o
aparta. Como un radar, la Luna capta las ondas de simpatía y evita a las
personas que nos resultan poco simpáticas. Una luna menguante está orientada
hacia dentro y puede ir al fondo de las cosas. Una luna creciente está
orientada hacia fuera, es muy sensible al entorno.
Una persona
con una Luna sensible reconoce enseguida a amigos y enemigos, y rápida y
espontáneamente decide si quiere abrirse o permanecer cerrada. La Luna nos avisa de las posibilidades de
contacto, pero la decisión suelen tomarla el Sol y Saturno.
Para la
Luna, el contacto es una experiencia de auto confirmación. El yo emocional se
experimenta mediante las diversas formas de contacto y el amor. La posición de
la Luna en el horóscopo nos da información sobre el tipo de experiencias de la
infancia que determinaron nuestro comportamiento en el contacto. De una manera
natural, Vive en el nivel emocional y se
identifica casi siempre con el yo lunar. Todas las experiencias quedan
registradas en el yo emocional y son la causa del comportamiento futuro en las
experiencias de contacto.
Saturno hace
referencia a la dimensión corporal y nos proporciona información sobre el
establecimiento de límites. Esto es válido desde los puntos de vista físico y
psíquico. Cuanto mayor es el éxito de Saturno al delimitarse, más seguro se
siente. El resultado es seguridad en sí mismo y bienestar.
Saturno
simboliza el instinto de autoconservación del ser humano. Todas estas
capacidades solemos aprenderlas de nuestra familia. Desde muy pequeños nos dice
qué debemos hacer y qué no. Las instrucciones, prohibiciones y normas
familiares pretenden garantizar la seguridad y conservar la vida.
Saturno
dirige todas las funciones de conservación de la vida y nos hace actuar con la
necesaria cautela, conciencia de responsabilidad y realismo. En la medida en
que lo conseguimos, nos sentimos más seguros y fuertes. En cambio, cuando
enfermamos, nuestra sensación de seguridad se derrumba. Entonces nos asalta el
miedo.
La posición
de Saturno indica cómo reaccionamos a las situaciones de peligro. Saturno es
esencialmente un mecanismo defensivo. Saturno no puede ir hacia el exterior
eficientemente y actuar de forma agresiva, al modo del Sol; siempre adopta una
actitud defensiva.
Las
principales capacidades de Saturno son cerrar y delimitar. Desde el punto de
vista biológico, Saturno está relacionado con el sistema inmunológico, el
sistema encargado de garantizar la seguridad del cuerpo, también rige sobre la
piel, la capa que protege nuestros huesos y órganos.
Garantizar
la seguridad y la supervivencia propias es la base sobre la que Saturno
construye la confianza en sí mismo. Además, esto también sirve para
identificarse ante el entorno. Quien demuestra que sabe defender su piel, tiene
recursos, posesiones y dispone de espacio suficiente. Entonces se lo considera
un personaje importante que merece respeto. La sociedad confía en este tipo de
personas y les propone asumir cargos y responsabilidades (La Casa Diez).
Saturno
confiere el sentido de la realidad, mediante el que percibimos las cosas
realmente y nos conduce a una conciencia de la realidad sin engaños. De los
planetas de nuestro sistema solar que pueden verse a simple vista, Saturno es
el que se encuentra más alejado del Sol. Esto nos avisa de que, para
adentrarnos en los niveles transpersonales sin peligro, debemos alcanzar
previamente una sólida conciencia de la realidad.
En archivos
del Grupo el Mundo Oculto de la Casa Doce tenemos cuatro buenos libros del
tema. Saturno, el Senor del Tiempo y el Karma.
Etiquetas: astrologia
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