lunes, 15 de febrero de 2021

TRANSITOS DE NEPTUNO EN PISCIS. 2011 - 2025.


 El tránsito de Neptuno hacia los signos mutables – VIRGO – PISCIS – SAGITARIO – GEMINIS.

NOTA:   dicho transito está comprendido para los soles y lunas entre los grados 15 y 30 de los cuatro signos mutables, así como los ascendentes.

NEPTUNO entro a Piscis en el año 2011, empezó transito hacia los primeros diez grados de los signos mutables, a la fecha de hoy, Febrero de 2021, esta colocado en el grado 19 de Piscis, por tanto los primeros diez grados de mutables ya pasaron la experiencia, es decir, les esta tocando a partir del grado 15 y hasta el 30 de los mutables.  Son 14 años transitando por mutables.

 

Neptuno en Astrología es el penúltimo planeta del sistema solar.  Su labor, tanto en tránsitos como en la carta natal es sumergirnos en aguas profundas, las aguas de Poseidón, Rey del Mar, sin temor, confiando en lo incierto y poco predecible de las aguas profundas del océano.

 

Según como el individuo fluya con la ola de choque que representa el tránsito de Neptuno, por cierto, un tránsito lento, hacia los soles, lunas o ascendentes en signos mutables, así será la experiencia.  El nativo elige si se dejara llevar por el oleaje oceánico, o si bien se resistirá a las olas, que, por consiguiente, agotara sus fuerzas y estado anímico.

 

En la actualidad, febrero de 2021, Neptuno se encuentra en el grado 24 de Piscis, que es su constelación natural.  Por tanto, su influencia es sobrecogedora, abrazadora, pero también pudiera sentirse un tanto desestabilizadora.  En la medida que el nativo fluya con las aguas neptunianas, mejor se sentirá la experiencia,  así pues, mi recomendación será que, lejos de nadar contracorriente, se deje llevar, suelte, flote y espere que las olas dejen de batir, porque independientemente de la incertidumbre que el nativo sienta, todo ciclo planetario de un planeta transpersonal, como lo es Neptuno, siempre, a pesar de la sensación de malestar, el mareo por el batir de las olas, el resultado siempre será de provecho, será una iluminación y un despertar espiritual.

 

Debemos apartar esa idea de un Dios castigador, que desde el cielo nos flagela.  Dios, o las energías planetarias, como prefieras llamarlo, nunca nos enviara algo más grave de lo que nuestras almas puedan tolerar.

 

Lo que este tránsito sugiere -la sensibilización expandida respecto al misterio de la identidad y a la percepción de órdenes más profundos y vibratorios en los que la sensación de ser un individuo puede desarrollarse- puede implicar para la conciencia un tiempo propicio para agotar dimensiones arquetípicas como también para quedar atrapado patológicamente en ellas. La posición del Sol por signo, casa o aspecto en la carta natal aporta alguna clave acerca de la naturaleza y carácter de los arquetipos que ejerzan atracción durante un tránsito de Neptuno, ya sea para ser consumados o para cautivar a la conciencia. Por ejemplo, si se trata de una carta con Sol en Piscis, con Sol en casa XII o Sol en aspecto con Neptuno, la conciencia resulta particularmente susceptible a los arquetipos de héroe, salvador, chivo expiatorio, víctima sacrificial, mártir, misionero, entre tantos otros.

En lo concreto, este contacto con el misterio del ser implicará de alguna manera resignar, renunciar o retirarse de deseos del yo. Que se revele la capacidad para ser sensibles al mundo de la imagen y de los espejismos supone la disposición a agotar un proceso de la identidad personal, de que los bordes de la personalidad en la que se ha desarrollado conciencia se tornen porosos y se disuelvan en la sorprendente revelación de una nueva dimensión del misterio de lo que soy. Son tiempos para agotar los sueños del yo, ya sea celebrándolos o resignándolos. Tiempos de despedirse de propósitos personales para permitir que afloren propósitos del alma, de renunciar a “lo que deseo ser” para ser sensibles a lo que el destino revela en nosotros como intención, más allá de “lo que quiero de mí”. Neptuno en tránsito al Sol indica que ya es momento oportuno para que la conciencia se brinde en servicio a lo universal, antes que a la satisfacción de un yo personal exitoso. Son tiempos en los que el alma necesita ser reconocida, antes que el yo confirmado.

Las energías planetarias no son deterministas, el conocimiento interno de nosotros serán la clave para sentir el tránsito de Neptuno como un héroe, en este caso sería el equivalente a Jasón y los Argonautas;  o sentirse en victima sacrificial que estará representado por Prometeo, quien se sacrificó al hurtar el fuego sagrado de Zeus para darlo a los hombres, y por tanto ayudándolos a su evolución, bajo el riesgo de ser descubierto, como en efecto sucedió, y posteriormente castigado eternamente, cuando un águila devoraba su hígado, día tras día, eternamente.

 

La razón principal de la influencia de Neptuno en nuestras vidas es la disolución del EGO, es para todos bien sabido que el EGO es necesario para los éxitos terrenales, pero de poco sirve para los éxitos espirituales.  De modo que la labor de NEPTUNO – PISCIS es sentirnos unidos en cuerpo y alma al colectivo, a la humanidad entera.  De manera que la sensación de desapego, fusión con la humanidad, religiosidad, sacrificio, entrega desinteresada y voluntaria puede hacer que los nativos transitando a Neptuno con sus luminarias -  SOL Y LUNA, puede sentirse desorientadora, embriagante, desconcertante y en cierta manera, hay una sensación interna de haber perdido el sentido de la vida, y hasta haber perdido la brújula, el norte de nuestras vidas.

 

Pero como bien explique anteriormente, es una transformación necesaria para nuestra evolución espiritual.  Muchos nativos que experimentan este tránsito pueden sentir una insatisfacción, letargo, adormecimiento, un canto de sirenas, un vaivén en un mar agitado en plana medianoche sin luna, sin asidero, una sensación de haber perdido la nave de nuestra vida, pero a la final, el que resiste esta tempestad, se flexibiliza, se adapta, se deja llevar por el oleaje, saldrá glorioso, victorioso y confiado, viendo la costa, la orilla de la playa y divisando un amanecer de aguas turquesas, tranquilas y un recibimiento energético empoderado.

Este articulo lo estoy dedicando a varios amigos con soles en Virgo y Géminis, y siento que les aclarara el camino, así como los Faros de la costa, encienden una luz para indicar la llegada a puerto seguro.

 

Con cariño,

 

Magaly Castro.

 

 

 

 

 

 

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