Pluton, Marte y Escorpio.
Escorpio representa la experiencia compartida hacia la comunión social trabajando por un destino colectivo equilibrado y armónico. Y lo hace de forma extrema, esta energía es todo menos tibia. Su naturaleza pasional se entrega a muerte, asumiendo riesgos que no siempre le conducen al éxito porque su camino está lleno de tentaciones y conflictos. Se dice de Escorpio que es un “canto de amor en un campo de batalla y un grito de guerra en un campo de amor”, una de sus mejores descripciones. En este sentido, provoca un sentimiento de muerte de la individualidad porque la entrega puede sentirse como una pérdida de identidad, algo ajeno a las pretensiones de Escorpio que solo se produce cuando esta energía actúa de forma negativa. Escorpio tiene dos opciones, de un lado sumar fuerzas y de otro intentar que lo que aporte el socio o socia se quede en su propio beneficio, lo que supone restar. Por esa razón, en este signo están representados, también, animales parásitos. Quizás, lo que nos queda por comprender es que crecer colectivamente se parece a tratar de formar parte de una orquesta, difícilmente podremos hacerlo sin antes comprender y aprender a teñir nuestro propio instrumento, añadiendo la importancia que tiene saber su papel y el momento en que debe trabajar como solista o perderse en la armonía del conjunto.
Además, arrastramos complejos y carencias derivadas de nuestra experiencia desde la infancia y la relación con nuestras figuras parentales, si nos abandonaron o nos amaron lo suficiente, en qué ambiente crecimos, cómo nos educaron y en qué valores. En este signo aparecen todas ellas, todos los complejos no resueltos precisamente para que comprendamos la necesidad de madurar como individuos sanos psicológicamente. Difícilmente la falta de madurez permite que construyamos una pareja, asociación o sociedad valiosa si carecemos de ella, y por ello Escorpio se encuentra en el conflicto de compartirse respetando, no solo a la pareja socio o socia de vida, sino a cuanto le rodea, incluido el hogar que habitamos y llamamos Tierra. Una mayor comprensión de la naturaleza de esta energía la pueden hacer posible algunos de sus símbolos, tanto en su aspecto más negativo como en su anhelo más positivo.
Uno de sus símbolos más conocido es el Escorpión, que en su cola lleva el veneno de muerte que utiliza para matar y devorar a sus victimas, poseyendo, entre otras, la cualidad de autodestrucción si se le acorrala. Escorpio, por su lado de sombra, es autodestructivo. Su lado de luz es sanador.
Etiquetas: astrologia
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio