viernes, 23 de abril de 2021

Antonio Gaudi. Arquitecto Modernista. Nro. 51

 

 



25 de junio de 1852, Reus, Cataluña.

Sol y Mercurio en Géminis, Luna en Libra, Ascendente en Virgo.

http://www.antonigaudi.org/1885-anton-gaudi-se-enamora-de-pepeta-moreu-667.html   - de lectura obligatoria – el único romance de Antoni Gaudí fue Pepeta Moreu.

Nacido en el seno de una familia de caldereros, se trasladó a Barcelona para estudiar arquitectura, disciplina en la que se graduó en 1878. Inicialmente colaboró en algunos despachos de renombrados arquitectos de la época.

El Rector de la Universidad declaro:  No sé si he dado el título a un loco o un genio, el tiempo lo dirá.

En 1883 fue nombrado arquitecto del templo expiatorio de la Sagrada Familia, la obra que ocupó toda su vida y que se considera su principal realización artística.

Por entonces entró en contacto con el conde de Güell, con quien mantuvo una relación casi de mecenazgo renacentista. Güell le encargó los pabellones para su finca de Pedralbes.

En la Escuela Provincial faltaba a clase a menudo, pero era asiduo en la biblioteca, y mientras estudió Arquitectura asistió a la vez a clases de Filosofía, Historia, Economía y Estética porqué él decía que los distintos estilos no dependían de unas ideas estéticas si no de un ambiente social y político.

Antoni no fue un estudiante destacado en la Universidad. Sus notas no fueron muy espléndidas, pero destacan dos excelentes; uno en la asignatura de Dibujo de ensayo e invención de edificios o sus partes. El proyecto había de ser una puerta de entrada a un cementerio, pero Gaudí empezó dibujando un coche fúnebre y unos personajes tristes para crear el ambiente adecuado. El examinador al ver el dibujo, pensó que tenía delante a un loco o a un genio. Estos calificativos le acompañarían a Gaudí durante toda su vida.

En el aspecto sentimental pues, Gaudí parece haber sido siempre un personaje tímido y reservado con una casi totalmente inexistente experiencia en materia amorosa. Su único amor fue Pepeta Moreu, pero jamás se concretó la relación.

En el año 1926, cuando murió atropellado por un tranvía, Gaudí era un arquitecto reconocido por sus coetáneos dentro y fuera de las fronteras españolas, pero su singular genio innovador y creativo no fue aceptado universalmente hasta bastantes décadas más tarde. En la actualidad, su figura es internacionalmente reconocida y su obra se cuenta entre las más admiradas de la arquitectura de todos los tiempos.

 

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