martes, 25 de junio de 2019

eclipse solar para Venezuela - dias 1, 2 y 3 de Julio de 2019.


los proximos 1, 2 y 3 de Julio de 2019, ocurrira un evento astronomico- astrologico sobre la carta natal de Venezuela.  esto se denomina Astrologia Mundana o Astrologia Mundial.

la Estrella Sirius, del Can Mayor, grado 14 de Cancer, hara conjuncion hacia el sol de la carta natal de Venezuela y oposicion hacia La Luna natal de Venezuela.

adicionalmente, los nodos Lunares, Rahu y Ketu, la cola y la cabeza del dragon, haran conjuncion y oposicion a ambas estelarias.

si la oposicion utiliza este evento astronomico del eclipse, cuya duracion es corta, solo tres dias, pueden llegar a lograr grandes avances con respecto a la libertad en Venezuela.

rezando para que Capriles o Leopoldo Lopez no interfieran, no metan sus horrendas narices, porque cada vez que intentan algo, solo saben fracasar.
Amen.

Ojala los lideres de oposicion tomaran la asesoria de astrologos experimentados para dar cada paso.

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sábado, 22 de junio de 2019

La Pedrera, Casa Milá.


FOTOS VIAJE A ESPAÑA - ABRIL 2019



















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martes, 18 de junio de 2019

Casa Batllo, Paseo de Gracia, Numero 43, Barcelona, España.







buenas tardes.
Antes de comenzar a relatarles sobre la Casa Batllo, me gustaria que pinchen en el link de arriba, sobre este monumento Patrimonio de la Humanidad. El video de Casa Batllo en movimiento, gano el premio de mejor audiovisual turístico.  1er premio Mejor Film Cultural 2014 y el Gran Premio del 7º Festival Internacional de Riga.

Una breve Biografia del Genio Antonio Gaudi.
Nacido en el seno de una familia de caldereros, en el pueblo de Reus, 25 de Junio de 1852, fallecio en accidente vial con tranvía en fecha 10 de Junio de 1926. En su infancia fue un niño de salud muy delicada.  El hecho de haber nacido de padre calderero, le dio a Gaudi la oportunidad de expresar en sus obras ese concepto de tridimensionalidad, ya que para soldar las calderas de cobre para la época, se necesitaba tener una visión única y excepcional del espacio.  De hecho, una vez graduado de Arquitecto, Gaudi plasmaba sus obras en yeso moldeado, en maqueta de yeso, para asi explicar a sus asistentes herreros y carpinteros del concepto novedoso que deseaba.


 En su juventud se trasladó a Barcelona para estudiar arquitectura, disciplina en la que se graduó en 1878. Inicialmente colaboró en algunos despachos de renombrados arquitectos de la época. Al momento de su graduación, el Rector de la Universidad de Barcelona, Elies Rogent, expreso:

No se si le he dado el Titulo de Arquitecto a un loco, o a un genio. El tiempo lo dira.
Gaudí uso la abundancia de formas en la naturaleza, como por ejemplo en juncos, cañas o huesos; decía que no existe mejor estructura que un tronco de árbol o un esqueleto humano. Estas formas son a la vez funcionales y estéticas, y Gaudí las emplea con gran sabiduría, sabiendo adaptar el lenguaje de la naturaleza a las formas estructurales de la arquitectura. Gaudí asimilaba la forma helicoidal al movimiento, y la hiperboloidal a la luz.
Otro de los elementos empleados profusamente por Gaudí es la curva catenaria. Gaudí había estudiado en profundidad la geometría cuando era joven, leyendo numerosos tratados sobre ingeniería que alababan las virtudes de la utilización de la curva catenaria como elemento mecánico, que sin embargo entonces solo se usaba en la construcción de puentes suspendidos; Gaudí fue el primero en utilizar este elemento en la arquitectura común.
En 1883 fue nombrado arquitecto del templo expiatorio de la Sagrada Familia, la obra que ocupó toda su vida y que se considera su principal realización artística, a pesar de que quedó inconclusa y sin un proyecto bien definido. En los primeros años se ocupó de la construcción de la cripta  y el ábside, y compaginó su trabajo en el templo con diversos encargos civiles, como la villa denominada El Capricho, en Comillas, o la casa Vicens, en Gracia, para Manuel Vicens.
Por entonces entró en contacto con el conde de Güell, con quien mantuvo una relación casi de mecenazgo renacentista. Güell le encargó en primer lugar algunos pabellones para su finca de Pedralbes y el palacio de la calle Nou de la Rambla (1886-1891), donde Gaudí introdujo nuevos elementos constructivos como el arco parabólico.
Bastan estas obras de la primera época para individualizar algunas de las constantes de la arquitectura gaudiniana, desde su peculiar recreación del gótico hasta su predilección por las formas curvas y dinámicas.  Gaudí asumió la idea del «arte total» preconizada por Wagner, de donde deriva su aplicación a la arquitectura de técnicas de decoración artesanas (vidrieras, hierro forjado, muebles diseñados por él mismo) y su singular empleo de los mosaicos de fragmentos de cerámica de vivos colores.  Las crónicas del Diario La Vanguardia menciona para la época de la reconstrucción de la Casa Mila, que Antonio Gaudi inspeccionaba la obra montado en carruaje a caballos, y en algunas ocasiones no se bajaba, daba variadas vueltas a la Casa Mila y desde el carruaje giraba las instrucciones a los Maestros de Obra.
En 1892, los Fernández y Andrés le encargaron una casa en León, conocida como Casa de los Botines. En lo sucesivo, sus principales encargos fueron inmuebles de pisos, como la casa Calvet, la casa Batlló y la casa Milà, más conocida como La Pedrera y culminación en cierto modo del genio de Gaudí por la singular concepción de su fachada ondulada de piedra y hierro forjado y por el conjunto de 33 chimeneas helicoidales de la azotea. Por cierto, hay escasas menciones y reconocimiento a los balcones de hierro forjado de Casa Mila, a los hermanos Badia y Miarnau, quienes plasmaron semejante belleza de matas trepadoras en  hierro.  Los balcones de esta Casa son una obra de arte como pocas.

El mentor de Gaudi, Eusebio Güell, le confió dos encargos de gran envergadura: una colonia obrera en Santa Coloma de Cervelló, de la que sólo se completó la iglesia, sorprendentemente integrada en el paisaje, y una ciudad-jardín, que también quedó inconclusa y es en la actualidad un parque público (el parque Güell), que integra los distintos pabellones realizados por el arquitecto, así como un espacio columnado (que según el proyecto original debía destinarse al mercado) y la plaza, con un original banco corrido de azulejería.

En el año 1926, cuando murió atropellado por un tranvía, Gaudí era un arquitecto reconocido por sus coetáneos dentro y fuera de las fronteras españolas, pero su singular genio innovador y creativo no fue aceptado universalmente hasta bastantes décadas más tarde. En la actualidad, su figura es internacionalmente reconocida y su obra se cuenta entre las más admiradas de la arquitectura de todos los tiempos.  De hecho, la Pedrera – casa Mila – recibió muchísimas burlas y satiras en los diarios de la época.  Me gustaría verles la cara hoy dia a estos reporteros que se burlaron de la Casa Mila, llamándola un escondrijo de alimañas y otros denominativos peores.


Aca quiero comentarles que para fines de siglo XIX y comienzos de Siglo XX,  Barcelona fue el Centro de la Moda Mundial, de hecho, tuvo una tienda por Departamentos que excedia sobradamente a las Tiendas Macys y Bloomingdales de Nueva York, la Tienda se llamaba Almacenes el Siglo, y estaba ubicada en Las Ramblas de Cataluña, muy cercanas a la Calle el Comercio, en el Barrio La Barceloneta.  En las vitrinas de dicha tienda colocaron de adorno para Navidad de 1932 un tren con rieles eléctrico, pero cometieron la torpeza de colocar en los vagones carbones encendidos, lo que provoco un incendio de magnitudes enormes, y se extendió por la cuadra entera.  La tienda daba fuente de empleo a 1.600 personas, entre costureras, modistas, gerentes de ventas y obreros.  Cuentan las crónicas de los diarios, que la tienda estaba asegurada por 25 Compañias aseguradoras, entre las que contaba la famosa Lloyd Insurances de Londres.
En la historia de la vivienda Batlló existieron diferentes propietarios. El arquitecto casa Batlló fue Emilio Sala Cortés (Profesor de la escuela de arquitectura de Barcelona y fue uno de los profesores de Gaudí). En 1903 el edificio fue adquirido por el industrial Josep Batlló i Casanovas, un rico hombre de negocios que poseía diversas fábricas textiles en Barcelona.
Estaba casado con Amàlia Godó i Belaunzarán, de la familia de los condes de Godó, editores del diario La Vanguardia, con la que tuvo cinco hijos. El matrimonio vivió en la planta noble de la casa hasta la defunción de ambos (en 1934 el señor Batlló y en 1940 su mujer), la cual fue vendida en 1954 por sus hijos, instalados a su vez en otros pisos algunos de los cuales han sido habitados hasta hoy día.
Batlló compró el edificio por 510.000 pesetas, con la primera intención de derribarlo y construir uno nuevo, aunque luego se conformó con reformarlo y dar su toque particular al interiorismo de la vivienda. Mientras él se reservó la planta principal el resto lo explotó en régimen de alquiler, como era habitual en las casas burguesas de la época (aunque también entregó algunos pisos a sus hijos según se iban casando).
El edificio se ubicaba en pleno Ensanche de Barcelona, proyectado por Ildefonso Cerdá y aprobado en 1859, con un sistema reticular de manzanas de viviendas con los ángulos recortados, con la previsión de edificar por dos lados y dedicar el resto a jardines, punto este último que finalmente no se llevó a cabo.  Por cierto, para la época de la remodelación de Casa Battlo, a esa cuadra la apodaron La Manzana de la Discordia, por cuanto se encontraban una tras otras las obras de los mejores Arquitectos de la Epoca, quienes se reñían por el puesto numero uno del Premio Nacional de Arquitectura.
Con el Ensanche, el Paseo de Gracia se convirtió en una de las principales arterias de la ciudad, por lo que fue elegido por la burguesía catalana para fijar sus residencias, gracias a lo cual esta vía creció rápidamente y se convirtió en un hervidero constructivo donde desarrollaron su labor los mejores arquitectos de Barcelona.
Para la remodelación Batlló encargó el proyecto a Antonio Gaudí, por aquel entonces un arquitecto ya de gran renombre. El arquitecto se centró en la fachada, el piso principal, el patio de luces interior y la azotea, y levantó un quinto piso para los servicios de la casa Batlló de Gaudí (lavaderos y trasteros) siguiendo su línea modernista.

El proyecto de Gaudí sufrió varias modificaciones desde su concepción hasta su realización final, debido a la continua búsqueda de las mejores soluciones estructurales por parte del arquitecto.  Gaudi tenia la peculiaridad de excederse en su presupuesto inicial, en la medida que perfeccionaba la decoración interna y externa de las obras que reestructuraba.

En el primer esbozo, mostraba una primera intención de coronar el edificio con una sinuosa cúpula de forma irregular, que finalmente se transformó en una bóveda con forma de dragón, que es el principal sello distintivo del edificio. Asimismo, la torre con la cruz de cuatro brazos que remata la azotea estaba prevista en la parte izquierda del terrado, pero Gaudí la trasladó hacia el centro para que no interfiriese con el remate escalonado de la adyacente Casa Amatller, mostrando un gran respeto por la labor de su colega Puig i Cadafalch.
La Casa Batlló pasó en 1940 en herencia a las hijas del matrimonio Batlló-Godó (Carmen y Mercedes), las cuales la vendieron en 1954 a Seguros Iberia, que instaló allí sus oficinas comerciales. En 1984 se instaló la iluminación eléctrica de la fachada, inaugurada en las Fiestas de la Mercè de ese año.
En 1993 fue adquirida por la familia Bernat, propietarios de la compañía Chupa Chups, que la restauraron y la abrieron comercialmente al público, siendo en la actualidad un punto de visita casi obligatorio para cualquier turista.
La Casa Batlló fue declarada Monumento Histórico-Artístico de Carácter Nacional en 1969, y desde el año 2005 forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, dentro del Lugar “Obras de Antoni Gaudí”.
Esta casa personifica la Leyenda de San Jorge, en catalán es Sant Jordi, el Patrono de los Catalanes, y la historia relata que el Santo, por cierto muy parecido a San Miguel Arcangel, lucha contra un dragon que tiene encarcelada a una damisela y San Jorge la libera. Es curioso como todas las leyendas tienen su origen en la Mitologia Griega, el caso de la leyenda de Andromeda, hija de Casiopea, atada a una roca y en riesgo de ser devorada por el dragon, la damisela en apuros es rescatada por Perseo, que con la cabeza de la Medusa convierte en piedra al dragon.

Lo fabuloso de Casa Batllo es la riqueza de imágenes y formas marinas, pudiendo observarse en sus detalles tortugas, pulpos, olas, hojas vegetales.  En la baranda de la escalera se puede ver las vertebras del dragon en madera de roble finamente pulida.
En algunas columnas de sus habitaciones se observa la semblanza con los huesos femur, cubito y radio de un mamífero.  En los tragaluces la imaginación te lleva a ver los ojos del dragon posado en la azotea del edificio, en el conjunto de la azotea destacan las chimeneas —un total de 27, dispuestas en cuatro grupos, de formas helicoidales y rematadas por sombreretes cónicos; están revestidas de vidrio transparente en su parte central y de cerámica en la superior, y rematadas por unas bolas de cristal transparente rellenas de arena de distintos colores. El pavimento lo realizó con los mosaicos de desecho del anterior edificio, dispuestos en trencadís, aunque con el tiempo fue sustituido.
Las tejas del techo son las escamas del dragon, en tonos de azul indigo, azul celeste y algunos tonos de verde.
Espero que lo disfruten.
Un abrazo,

Magaly Castro.  18 de Junio de 2019.









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miércoles, 12 de junio de 2019

CasaMila - La Pedrera.Barcelona.


Un breve relato sobre curiosidades de Casa Mila, también conocida como La Pedrera.

La Casa Mila se encuentra en esquina del paseo de Gracia Numero 92 con la calle Provenza, ocupado anteriormente por un chalet que hacía frontera entre los municipios de Barcelona y Gracia, antes de la anexión de esta villa a la ciudad condal en 1897.
 El chalet pertenecía a José Ferrer-Vidal y Soler, hermano de Luis Ferrer-Vidal y Soler, fundador de la Caixa de Pensions de Barcelona, y se formalizó la compra ante notario el 9 de junio de 1905.   La zona se ubicaba en pleno Ensanche de Barcelona, proyectado por Ildefonso Cerdá y aprobado en 1859, con un sistema reticular de manzanas de viviendas con los ángulos recortados.
Con el Ensanche, el paseo de Gracia se convirtió en una de las principales arterias de la ciudad, por lo que fue elegido por la burguesía catalana para fijar sus residencias, gracias a lo cual esta vía creció rápidamente y se convirtió en un hervidero constructivo donde desarrollaron su labor los mejores arquitectos de Barcelona. Cabe resaltar que en el mismo paseo de Gracia había construido Gaudí poco antes la Casa Batlló (1904-1906), y anteriormente había efectuado otras dos intervenciones hoy desaparecidas: la Farmacia Gibert (1879) y la decoración del bar Torino (1902).
En ese contexto, Gaudí recibió el encargo de construir una casa señorial de parte de Pedro Milá y Camps, un rico empresario cuyo padre, Pedro Milá y Pi, había forjado su fortuna en la industria textil. Mila amplió el negocio familiar y diversificó los sectores donde probó fortuna, siendo por ejemplo el promotor de la plaza de toros La Monumental. También se dedicó a la política, y fue diputado por parte de Solidaritat Catalana.
Pere Mila era un seductor  con bastante estilo .  Mila amaba los automóviles. Tuvo uno de los primeros coches matriculados en Barcelona y, aprovechando que su tío era el alcalde, organizó la primera carrera de automóviles que se celebró en la ciudad.
Otros de los quehaceres favoritos de Pere Mila era ir a lujosos balnearios de aguas termales que eran centros de animada actividad social y escenarios muy propicios para que las viudas que acababan de heredar, como Roser Segimon, y jóvenes seductores encontraran una dote que resolviera la vida.
La afortunada coincidencia de la heredera y el seductor se dio en ese año de 1903 en el balneario francés de Vichy, donde contrajeron matrimonio en 1905.
No tardó en correr el chiste de que Perico, que así llamaban a Mila, no se había casado con la viuda de Guardiola, sino con la guardiola (‘hucha’ en castellano) de la viuda.
El señor Mila estaba casado con Roser Segimon, viuda de José Guardiola Grau,  enriquecido en América con plantaciones de café, cuya fortuna heredó su mujer.  El hombre  - Jose Guardiola Grau, salió de l’Aleixar, el pueblecito de Tarragona que le había visto nacer, siendo un joven de diecisiete años.
Cuando regresó a Europa, cuatro décadas más tarde, había acumulado una fortuna de veinte millones de pesetas.  Y todo gracias al café de Guatemala. Fue allí, concretamente en San Pablo Jocopilas, donde a mediados del siglo XIX compró una finca, El Chocolá, de la que supo extraer el mejor café de América central.
Pronto se encargó de hacerlo llegar a las mesas de los más selectos sibaritas europeos.  Tuvo, además, la habilidad de deshacerse de la hacienda, por un precio que multiplicaba por miles el precio a que la había comprado, justo antes de que los precios internacionales del café cayesen en picada. 
Instalado en París, se dedicó a la buena vida, en compañía de Roser Segimon i Artells (1870-1964).
Así pues, la pareja gozaba de una privilegiada posición, hecho que quisieron plasmar en una casa de diseño innovador y gran lujo de detalles. Para ello compraron el solar del paseo de Gracia en 1905, y encargaron el proyecto a Gaudí, entonces un arquitecto de gran renombre, que en aquella época trabajaba en diversos proyectos a la vez.

El proyecto de Mila era construir un edificio de grandes dimensiones, destinar el piso principal para su propia residencia y el resto en régimen de alquiler, algo habitual en la época. Asimismo, la planta baja, en su parte exterior, fue destinada a tiendas, siendo la primera una sastrería abierta en 1928.
Aun se conservan en archivos de prensa de los avisos clasificados tales como los de la Señorita Dicks, una dama estadounidense que rentaba un departamento en el piso dos, y ofrecia clases del Idioma Ingles por 2 Pesetas de plata la hora.
 El 2 de febrero de 1906 se presentaron los planos en el Ayuntamiento y se solicitó el permiso de obras. La construcción sufrió diversos retrasos, ya que el edificio superó en altura y anchura a lo establecido en las ordenanzas municipales, por lo que se impuso al señor Mila varias multas. Además, Gaudí abandonó la dirección de la obra en 1909 por divergencias con los Mila respecto a la decoración interior. La relación entre Gaudí y Mila se enfrió, y el arquitecto tuvo que llevar a juicio al promotor para cobrar sus honorarios (105 000 pesetas), que donó a los Jesuitas.​ Para hacer frente al pago, el señor Mila tuvo que hipotecar la casa.
Desde el punto de vista administrativo también provocó alguna polémica cuando en diciembre de 1907 el Ayuntamiento detuvo las obras porque un pilar ocupaba una parte de la acera sin respetar el alineamiento de las fachadas. Al serle comunicada la noticia a Gaudí, este respondió con su estilo irónico habitual:

Diles que si quieren cortaremos el pilar como si fuera un queso y en la pulida superficie restante esculpiremos una leyenda que diga: Cortado por orden del Ayuntamiento según acuerdo de la sesión plenaria de tal fecha. J
Sin embargo, la suspensión de las obras no fue respetada y Gaudí continuó con su labor. El 28 de septiembre de 1909 se le abrió un nuevo expediente porque superaba la altura prevista y excedía el volumen construido en unos 4000 m3. El Ayuntamiento reclamaba una multa de 100 000 pesetas (aproximadamente el 25 % del coste de la obra) o derribar el desván y la azotea. La polémica se solucionó un año y medio más tarde, en 1909, cuando la Comisión del Ensanche certificó que se trataba de un edificio monumental y no se requería que se ajustara estrictamente a las ordenanzas municipales.
Salta a la vista que el edificio en cuestión, sea cual fuere su destino, tiene carácter artístico que lo separa de los demás edificios particulares, dándole fisonomía especial, a lo cual contribuye en parte principal la obra realizada separándose de los planos aprobados.
Tal solución satisfizo enormemente a Gaudí, que pidió una copia de la resolución para conservarla. Por último, en 1910 los Mila pidieron permiso al Ayuntamiento para el alquiler de las viviendas del edificio, pero no fue concedido hasta octubre de 1912, cuando Gaudí certificó la finalización de las obras.
El proceso de construcción fue relatado años después al historiador Joan Bassegoda por el constructor, Josep Bayó:
 Una vez terminado el sótano se procedió con la construcción del resto de pisos, mientras que se fue proyectando la fachada —que es autosustentante e independiente del resto del edificio—, a través de unas maquetas de yeso que modelaba el yesero Joan Bertran bajo la supervisión directa de Gaudí; esta maqueta fue posteriormente troceada y llevada como modelo a la obra, donde los picapedreros seguían fielmente su estructura.
 En todos los pisos se utilizó un sistema de jácenas y vigas de hierro dispuestas en forma de bóveda catalana, unidas mediante roblones y tornillos, sin necesidad de soldaduras. La fachada fue cubierta de piedras formando arcos de forma ondulada, que luego fueron retocadas por los picapedreros hasta conseguir las formas redondeadas por Gaudí. Por último, se realizó el desván, diseñado de forma independiente al resto del edificio, con un sistema de arcos catenarios de ladrillo, y por encima se situó la azotea.
Su propietario lo presentó al Concurso anual de edificios artísticos del Ayuntamiento de Barcelona, y no resultó ganadora.

Primeros inquilinos en Casa Mila

En los primeros años se publican en el periódico La Vanguardia diversos anuncios destacando habitaciones para alquilar en la Casa Mila, solicitando servicio para alguno de los inquilinos y hasta había una profesora que daba clases de inglés, Miss Dick.


Entre los inquilinos, la Pensión Hispano-Americana (1912-1918) ; Alberto I. Gache (Buenos Aires, 1854-Montevideo, 1933), cónsul de la República Argentina a Barcelona, que residió desde 1911 hasta finales del 1919; la familia Abadal, que vivieron del 1912 hasta finales de 1930. Asimismo, tenemos noticia que el príncipe egipcio Ibrahim Hassan (El Cairo, 1879 - Barcelona, ​​1918) falleció en su domicilio de La Pedrera en el Paseo de Gracia 92.
Y la familia Baladia, industriales textiles, tuvieron alquilado el piso 2º  como un lugar céntrico, práctico y “pequeño” para quedarse las noches que salían tarde de la ópera del Liceo, del Palau de la Música, del teatro o de alguna fiesta en la ciudad.

Durante la Guerra Civil Española la Pedrera fue ocupada por el PSUC, cuyo secretario general, Joan Comorera, se instaló en el piso principal. Los Mila, que estaban veraneando en Blanes al estallido de la contienda, se pasaron al bando sublevado, y volvieron a su casa una vez terminada la guerra. En 1940 falleció Pedro Milá, y pocos años después, en 1946, su mujer vendió el inmueble a la Inmobiliaria CIPSA (Compañía Inmobiliaria Provenza, SA), si bien siguió viviendo en su piso hasta su fallecimiento en 1964.

La Pedrera ha sufrido diversas vicisitudes: en 1927 Roser Segimon ordenó al constructor Josep Bayó la remodelación del interior del piso principal, y se perdió la decoración efectuada por Gaudí; en 1932 se transformaron las carboneras en tiendas, eliminando las rejas de hierro que separaban el semisótano y la calle. Solo Dios sabe donde irían a parar semejante rejas artisticas.

 Entre 1971 y 1975 se efectuó una primera restauración a cargo de José Antonio Comas de Mendoza. En 1986 lo adquirió la Caixa de Catalunya, que ha efectuado continuadas obras de conservación y restauración (1987-1996) y la mantiene abierta al público para su visita, para lo que se puede entrar en las viviendas de la planta cuarta, el desván y la terraza. Las demás plantas están ocupadas por oficinas y quedan dos familias residentes, entre las que se encuentra la Señora Carmen Burgos, cuya famosísima entrevista podrán ver en youtube.

La Casa Mila fue declarada Monumento Histórico-Artístico de Carácter Nacional en 1969, y en 1984 la Unesco la incluyó dentro del Lugar Patrimonio de la Humanidad «Obras de Antoni Gaudí», junto con el Palacio Güell, el Parque Güell y la Cripta de la Colonia Güell.

El edificio se construyó sobre un solar con 1835 m2 de superficie. Consta de seis plantas articuladas alrededor de dos patios interiores, uno circular y otro oval, más un sótano, un desván y la azotea. Esta estructura acoge dos edificios adosados e independientes, cada uno con su propia puerta de acceso y su propio patio de luces, que están comunicados únicamente en la planta baja. Las paredes divisorias no tienen función estructural, por lo que su diseño varía de una planta a otra.

La fachada tampoco cumple una función estructural, sino de revestimiento, por lo que su diseño y ornamentación presentan una acusada libertad creativa, con formas ondulantes que evocan el oleaje marino y generan diversas sensaciones lumínicas según la hora del día. Los balcones son de hierro forjado, con una decoración de motivos abstractos. Gaudí diseñó incluso un tipo de baldosas hexagonales de cerámica para situar en el pavimento de la calle, con motivos nuevamente marinos (algas, estrellas de mar, caracolas).
 Cabe destacar la belleza del hierro forjado de sus balcones, que simulan plantas trepadoras, obra de los hermanos Lluís y Josep Badia i Miarnau.  De formas orgánicas, la Casa Mila evoca sin lugar a dudas la naturaleza.

Gaudí había asignado a la Pedrera un alto simbolismo religioso: en la cornisa superior, de forma ondulada, tiene esculpidos capullos de rosa con inscripciones del Ave María en latín ​ Además, según el proyecto original la fachada habría estado rematada por un grupo escultórico de piedra, metal y cristal con la Virgen del Rosario con el Niño Jesús en brazos, rodeada de los arcángeles Miguel —con una espada derrotando a Satanás, enroscado en una bola del mundo situada a los pies de la Virgen. Se hizo un boceto a cargo del escultor Carles Mani, primero en barro a escala 1:10 y luego en yeso en su tamaño definitivo, que estaba listo para fundirse en bronce en marzo de 1909;​  pero debido a los sucesos de la Semana Trágica de 1909 se abandonó el proyecto. España inicia el año 1909 con Alfonso XIII como monarca y con Antonio Maura, del Partido Conservador, al frente del Gobierno.

Políticamente, España, que no se había recuperado del palazo moral que supuso la pérdida colonial, en 1898 de Cuba, Puerto Rico, Islas Filipinas, Islas Marianas e Islas Carolinas, vive inmersa en un sistema político donde dos partidos, el Partido Conservador y el Partido Liberal, se turnan en el Gobierno. La alternancia es organizada desde el poder mediante el reparto de escaños previo a las elecciones  a través de una red de influencias denominada caciquismo que garantiza su cumplimiento y  adulteración de los resultados. En este sistema la monarquía ejerce un papel de arbitraje. El resto de los partidos políticos son marginados del poder y sólo consiguen representación en las zonas urbanas, donde el caciquismo es más débil y el control electoral por tanto es más difícil.

En Cataluña, sin embargo, tras la Ley de Jurisdicciones de 1906 se forma bajo el nombre de Solidaridad Catalana una alianza electoral integrada por la Lliga Regionalista, el carlismo y ciertas agrupaciones republicanas que logran una victoria aplastante en las elecciones de 1907, desplazando a los partidos dinásticos del poder en Cataluña.

Socialmente, los obreros españoles comienzan a tomar conciencia sindical y empieza a surgir el movimiento obrero en las zonas industriales y especialmente en Barcelona, donde surge Solidaridad Obrera, una confederación sindical de socialistas, anarquistas y republicanos que nació como rechazo al acercamiento de Solidaridad Catalana al Partido Conservador de Maura. Esta nota sobre el surgimiento del partido obrero en Barcelona me parecio importante mencionarla, por cuanto es muy fácil leer una placa otorgada por el Ayuntamiento a cualquier negocio en Barcelona con mas de doscientos años de fundado y el solo pensar en tantos tropiezos que surgieron en aquellos tiempos – Primera Guerra Mundial,  la Gran Recesion Mundial de 1919 y hasta 1930 - Guerra Civil de España, Segunda Guerra -  merecen lo mejor de nuestro respeto.

La decoración interior corrió a cargo de Josep Maria Jujol y los pintores Aleix Clapés y Teresa Lostau.   Se encuentran a menudo detalles ornamentales marinos, como los falsos techos de yeso que simulan olas de mar, así como pulpos, caracolas y flora marina. Pedro Milá encargó la dirección de la decoración pictórica a Aleix Clapés, motivo de la ruptura definitiva entre Gaudí y el matrimonio Mila, ya que el arquitecto había encargado la decoración al pintor  Lluís Morell i Cornetnota que llegó a efectuar algunas pinturas en las paredes de las escaleras de servicio, que sin embargo no era del agrado de los Mila. Por ello, Gaudí abandonó la dirección del proyecto, que fue concluido por sus ayudantes.
Fachada de la Casa Mila.
La Casa Mila tiene tres fachadas, una en el paseo de Gracia, otra en la calle Provenza, y otra que hace chaflán, siguiendo el esquema habitual del Ensanche proyectado por Cerdà. Sin embargo, las tres presentan una continuidad formal y estilística que, por su forma sinuosa y ondulada, parece una roca modelada por las olas del mar. El conjunto de entrantes y salientes imprime un dinamismo al conjunto que le otorga la sensación de estar en movimiento, a la vez que crea un juego de luces y sombras en constante cambio según la hora del día o la posición del espectador. Además de la forma ondulante de los muros de la fachada, la presencia de 33 balcones de hierro forjado 150 ventanas, con una original forma similar a algas marinas, convierten el conjunto en una obra casi escultórica de gran tamaño.
Fachada del paseo de Gracia: orientada al sudoeste, 630 m2 de superficie, con nueve balcones que dan a la calle. Está coronada con la palabra Ave del Ave María, con una decoración en relieve de lirios. La parte perteneciente a esta fachada de la planta baja estaba destinada a carbonera, y originalmente tenía rejas, que fueron retiradas cuando se transformó en tiendas comerciales.
Fachada de la calle Provenza: tiene 43,35 metros de largo, por lo que es la más extensa, y cuenta con una puerta de acceso al edificio. Orientada al sureste, recibe luz prácticamente todo el día, por lo que Gaudí la diseñó con más ondulaciones que en las otras dos fachadas, así como unos balcones más sobresalientes, para crear más sombra.

Para el acceso a las viviendas, Gaudí priorizó el uso de ascensores, reservando las escaleras como acceso auxiliar y para servicios comunes. Sin embargo, para el acceso al piso principal colocó dos grandes escalinatas, decoradas con pinturas murales.
Las dos puertas de entrada están realizadas en hierro forjado y vidrio, de tal forma que actúan a la vez como puerta y como verja de seguridad. Su diseño es orgánico, con una serie de estructuras de diversa forma que pueden recordar diversos diseños elaborados por la naturaleza, como caparazones de tortuga, alas de mariposa o tejidos celulares. Su estructura amplia y diáfana permite el paso de la luz con facilidad, e ilumina con profusión los vestíbulos interiores.
El mayor portal es el del paseo de Gracia , que presenta un techo ondulado, parecido al de una caverna, justo ahí se encuentra actualmente la tienda de La Pedrera, donde se puede comprar desde tazas para café con el mango en forma de tirador de puerta de bronce estilo Gaudi, hasta libros para niños para colorear las obras de Gaudi.
El de la calle Provenza es similar en diseño, y presenta  una garita destinada al portero, elaborada con una fina estructura de hierro y con vidrios tallados con motivos florales. Uno de los elementos más destacados de los vestíbulos es la decoración con pinturas murales, realizadas por Aleix Clapésnota ​ con motivos ornamentales y temas de inspiración mitológica, como algunas escenas de Las metamorfosis de Ovidio. También figuran otras temáticas, como los siete pecados capitales y diversos episodios de La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca.  ​ Estas pinturas fueron restauradas entre 1991 y 1992.
La estructura de pisos de la Casa Mila arranca de un sótano destinado a garaje y trastero, al cual se accede desde los vestíbulos de entrada por unas rampas de forma helicoidal. Presenta una estructura de 90 columnas de piedra, hierro y ladrillo, que sostienen el edificio. Esta planta contenía además la sala de máquinas para la calefacción, así como diversas zonas de servicios comunes. Los vecinos accedían por unas escaleras auxiliares, contando cada uno con una plaza de garaje y un trastero. Tras una rehabilitación efectuada en 1994, el sótano se convirtió en un auditorio.​ Entre el sótano y la planta baja se sitúa un semisótano originalmente destinado a carboneras, pero que posteriormente fue ocupado por tiendas, para lo cual se retiraron las rejas de hierro instaladas según el proyecto de Gaudí.​ En este semisótano se situaba igualmente un pequeño túnel que circundaba todo el edificio, en donde se encontraban las canalizaciones de servicio, tuberías de gas y cables eléctricos.
Planta del tercer piso de la Casa Mila.
Los pisos de viviendas fueron diseñados por Gaudí de tal forma que pudiesen amoldarse fácilmente a las necesidades de los inquilinos, ya que al no tener muros de carga los espacios son intercambiables y adaptables. El solo hecho de ser adaptable demuestra la genialidad de Gaudi.
La decoración de la vivienda principal fue una de las más lujosas y detalladas del edificio, a cargo de Josep Maria Jujol, quien diseñó el mobiliario y diversos elementos decorativos, así como algunos detalles en relieve en columnas y techos, siempre bajo la supervisión de Gaudí.

El resto de viviendas, destinadas a alquiler, fueron proyectas por Gaudí con el mismo esmero, por lo que cuidó hasta el último detalle e intervino en numerosos casos en elementos decorativos y mobiliario. Por lo general, los salones y dormitorios de cada vivienda dan a la calle.
 Gaudí incluyó para todas ellas todos los adelantos y comodidades para la época, como luz eléctrica, calefacción y agua caliente; además, cada vivienda tenía una plaza de garaje y un trastero en el sótano y un lavadero en el desván. El arquitecto cuidó al máximo todos los detalles, especialmente puertas y ventanas, diseñadas con un estilo ornamental plenamente modernista. Por lo general, estos diseños tenían inspiración orgánica, como gotas de agua, remolinos, medusas, estrellas de mar, algas y flores.

La última planta es el desván, que Gaudí concibió de forma independiente al resto del edificio, con una original estructura a la vez plástica y funcional. Esta planta, de 800 m2, albergaba los lavaderos y otras zonas de servicios, y actuaba a la vez como regulador térmico, aislando el edificio de las temperaturas extremas, tanto de invierno como de verano.   Estos arcos se unen en el techo en una especie de espina dorsal que recuerda el esqueleto de algún animal o la estructura de un barco dispuesta al revés, yo lo sentí como las costillas de una ballena.

El desván fue remodelado en 1953 por el arquitecto Francisco Barba Corsini, que creó trece apartamentos de alquiler, de estética moderna y alejados del proyecto gaudiniano. Sin embargo, tras la adquisición del edificio por Caixa Catalunya, en 1996 fue restaurado, devolviéndole el diseño original elaborado por Gaudí, y actualmente acoge el Espai Gaudí (Espacio Gaudí), una exposición sobre la vida y obra del arquitecto, con maquetas y material audiovisual de las principales innovaciones realizadas por el arquitecto catalán.
El edificio se encuentra coronado por una azotea situada sobre el desván, donde Gaudí situó las salidas de escalera, las chimeneas y las torres de ventilación, que por sus originales formas y diseño innovador crean un auténtico jardín de esculturas al aire libre.  Existen 30 chimeneas en la azotea. Las formas abstractas de estas torres han sido consideradas por muchos estudiosos como un antecedente de la escultura abstracta del siglo XX. Salvador Dalí era un gran admirador de estas torres, con las que se fotografió en 1951.
Por último, las chimeneas son uno de los elementos más famosos y singulares de la azotea, y que más ha generado todo tipo de elucubraciones e hipótesis sobre su origen y simbolismo. Hay un total de 30 chimeneas, dispuestas en grupos o de forma individual, y esparcidas a todo lo largo de la terraza. Construidas en ladrillo revocado de mortero de color ocre, presentan un cuerpo que gira sobre sí mismo en forma helicoidal, y rematadas con una pequeña cúpula que, en la mayoría de casos tiene una forma parecida a un casco de guerrero.

 El director de cine George Lucas se inspiró también en ellas para los cascos de los soldados imperiales y del malvado Darth Vader en la saga Star Wars.
​ Asimismo, este elemento iconográfico fue el elegido para elaborar las estatuillas de los Premios Gaudí, que imparte anualmente la Academia del Cine Catalán, y que consisten en unas figuras de bronce, diseñadas por Montserrat Ribé partiendo de las formas gaudinianas presentes en la azotea de la Pedrera.
El filósofo y escritor Josep Maria Carandell ofrece en su obra La Pedrera, cosmos de Gaudí una interpretación simbólica de la azotea de la Casa Mila basada en conceptos religiosos, cosmogónicos y literarios. Para este autor, la azotea sería un auto sacramental por el aspecto cambiante y sinuoso de la azotea.
 En Cataluña, es tradicional la presencia en las procesiones de Corpus de gigantes y cabezudos, o figuras animales como dragones y víboras, y esa sería la intención de Gaudí para la azotea de la Pedrera.
Críticas y polémicas
El edificio no respetaba ninguna norma de estilo convencional, por lo que recibió muchas críticas. Para empezar, el nombre «La Pedrera» es de hecho un mote asignado por los ciudadanos que censuraban su heterodoxia. Las revistas satíricas eran el principal espacio de difusión de las críticas: Junceda la presentaba en un chiste como una «mona de Pascua»; Ismael Smith insinuaba que había sufrido un terremoto como Mesina;​  Picarol la asimilaba a un imaginario Valhalla wagneriano o como una defensa antibélica de la guerra de Marruecos, o como un hangar para dirigibles. 
Sin embargo, también tuvo defensores, siendo uno de los primeros Salvador Dalí, quien la reivindicó en la revista Minotaure en 1933, en un artículo titulado De la beauté terrifiante et comestible de l'architecture modern.Posteriormente, fue alabada por figuras como Le Corbusier.



https://pedrerainedita.lapedrera.com/es/aportaciones/la-pedrera-y-el-cine-linconnu-de-shandigor
Espero les haya gustado la visita a Casa Mila y espero por preguntas o comentarios a mi correo  magalyminerva@gmail.com.
Agradecida por su atención.
Magaly Castro.
Pampatar, 12 de Junio de 2019.


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FOTOS EN BARCELONA ESPAÑA, AÑO 2019














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